El Partido Popular vuelve a ser el ganador de unas elecciones en Melilla con el 40,09% (7.389) de los votos y una muy escasa participación, que quedó definitivamente establecida en el 33,16% de los electores melillenses. Estas europeas han puesto de manifiesto otra vez que los ciudadanos se sienten muy alejados de la Unión Europea, que no les interesa demasiado qué se cuece y cómo en los grandes centros de decisión, como es el Parlamento Europeo, y que los populares siguen siendo su opción favorita, tal y como se viene manifestando desde hace casi un cuarto de siglo en todas las convocatorias que se han celebrado, sean municipales, generales o, como en este caso, europeas.
A seis puntos del PP han quedado los socialistas melillenses con el 33,67% (6.206) de los votos. Es evidente que el PSOE no consigue el objetivo de apartar a los populares de la victoria, si bien sí es cierto que han recortado algo la diferencia, que en 2019 fue mayor, situándose en 7 puntos. No hay que olvidar, en cualquier caso, que CpM no se ha presentado esta vez en las elecciones y tradicionalmente el llamado "voto musulmán" pivota entre Coalición o los socialistas.
Lo verdaderamente preocupante de estas elecciones es, sin duda, la baja participación, algo que deben hacer mirar los representantes políticos. Hay que analizar en profundidad cuáles son las causas de esa escasa asistencia a las urnas. Una de ellas puede ser, indudablemente, la lejanía que se siente con respecto a Bruselas, pero no es menos cierto que de allí llegan importantes cantidades de fondos para inversiones, formación, subvenciones, etc., que Melilla lleva a cabo anualmente.
¿Cómo modificar la mentalidad de los electores con respecto a la Unión Europea? Esa debe ser la pregunta que inmediatamente se hagan los dirigentes políticos. Es verdad que hay una gran desafectación del ciudadano hacia la política, aunque se nota muchísimo menos en convocatorias más cercanas como las elecciones municipales e incluso las generales. Cuando se trata de elegir quién va a estar en la Ciudad Autónoma, la participación es mucho mayor y va descendiendo conforme nos alejamos de Melilla; ya en las nacionales baja la afluencia de votantes pero es que en las europeas la cosa resulta verdaderamente preocupante.
Se ha podido comprobar, además, que unas europeas solo obtienen un número más positivo de electores cuando coinciden con otras, como las de 2019. Entonces sí que hay mayor interés de los melillenses por participar en los comicios, algo que decae de forma brutal cuando se celebran en solitario las que corresponden a la elección de los miembros que estarán en el Parlamento Europeo, a pesar de que sus decisiones intervienen cada vez más en nuestro día a día, en la financiación que recibimos e incluso en cuestiones de geopolítica que nos afectan de cara al futuro.
El otro dato reseñable de las elecciones de este domingo pasado es que el PP sigue siendo la fuerza política mayoritaria en Melilla, lo que da a su presidente regional, Juan José Imbroda, un empaque especial de cara a la dirección nacional que lidera Feijóo. Y dentro de la valoración política que puede hacerse cabe destacar, asimismo, que las políticas socialistas no arrancan entusiasmo entre los melillenses. Lo de Vox, por su parte, era lo esperable: casi 2.600 votos correspondientes a sus incondicionales, con lo cual deja de manifiesto que su techo ya le ha llegado.
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