El Faro ha salido a la calle para comprobar si la figura del portero de edificio se sigue estilando en Melilla, pero, a simple vista, al menos por el centro de la ciudad, no se ve a ninguno.
Desde la calle Castelar, atravesamos la calle Ejército Español hasta llegar a la Plaza de las Culturas. Ni rastro de ellos. Al llegar a la oficina de empadronamiento, la vigilante de seguridad afirma que antes sí, pero que ya no se estila y que no le suena que haya ninguno por la zona.
Lo mismo afirma alguien que conoce muy bien la ciudad, como es el presidente de Unitaxi Melilla, Mohamed Lamrani, quien apunta que los pisos más nuevos –por ejemplo, junto a la playa- ya ponen directamente videoportero, y, con cierto tino, razona que en edificios pequeños, con pocos pisos, supone un gasto innecesario contratar a un portero.
Al contrario de lo que sucede en ciudades de la península más grandes donde todavía muchos edificios que tienen un portero que se convierte, en muchas ocasiones, casi en un miembro más de la familia, en la ciudad autónoma no hay muchos edificios muy altos. Si hay pocos pisos, seis o siete en total, al final no resulta rentable a los propietarios contratar la figura de un portero, y puede ser menos necesaria que en otros inmuebles más habitados
Él recuerda que, donde él vivía antes, en la Avenida de la Democracia, había una mujer portera que residía en uno de los bajos del inmueble, pero no sabe si seguiría allí. El Faro no la encuentra.
Tampoco se ve ningún portero en Carlos Ramírez de Arellano ni en General Aizpuru, donde el dependiente de una tienda de muebles explica que, en los años 60 y 70, sí había porteros, pero que, a partir de los años 80, con el boom de la construcción, ya se habían preparado todos los edificios con porteros automáticos, en una afirmación en sintonía con lo que había expresado Lamrani. Según este ciudadano, ya no quedan porteros en Melilla. Es lo mismo que afirman un hombre y una mujer que atienden una tienda de comestibles cercana a la plaza de toros, donde concluye un recorrido en busca de un portero que ha resultado infructuoso.
En la calle García Margallo, en una tienda de comestibles, el dependiente y un par de personas más que están charlando allí amigablemente cuentan que, a lo sumo, hay porteros en las urbanizaciones del extrarradio. Aseguran que hay alguna empresa en la ciudad que se dedica a su contratación. Sin embargo, alguna de ellas contactada por El Faro, como Clece, no confirmaron este punto.
Figura inexistente en el SEPE
En efecto, preguntada al respecto, la directora provincial del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), Gemma Torres, revela que la figura del portero de edificio no existe en su catálogo de profesiones. Sí hay algunas similares, como portero de hotel y de espectáculos o vigilante de seguridad, pero no portero de edificio como tal.
Torres confirma lo que habían asegurado en la calle García Margallo respecto a que sí hay gente cuidando de las urbanizaciones en la periferia, pero esos trabajadores están considerados en el catálogo del SEPE como personal de mantenimiento de edificios, que es algo que sí recoge el catálogo y para lo que, además, se imparte una formación básica en el IES Rusadir.
De moda en series de televisión
Hoy en día, los porteros dan mucho juego en las series de televisión, por ejemplo. No hay más que recordar 'Aquí no hay quien viva', en un edificio en el centro de Madrid, con Emilio viviendo en uno de los bajos del edificio, o su secuela, que aún dura en la actualidad, 'La que se avecina', que en este caso se desarrolla en el extrarradio de la capital y cuyo portero ha vivido desde en una caravana a la entrada de la urbanización Montepinar hasta en uno de los pisos que conforman el edificio.
En la Urbanización Araucaria si que hay , un portero de día y otro por las noches , aparte de los porteros automáticos con videocámaras