Ramón Carrasco fue trasladado a la valla, pese a advertir a sus superiores de que padece diabetes uno.
El portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Melilla, Ramón Carrasco, fue encontrado el pasado lunes inconsciente, sobre las diez de la noche, en una de las garitas de Dique Sur donde estuvo trabajando en el turno de 14:00 a 22:00 horas.
Carrasco, que padece una diabetes de tipo uno, sufrió una bajada de azúcar que le provocó un desmayo. El guardia civil que tenía que hacerle el relevo fue el que le encontró tendido en el suelo, según ha podido saber El Faro.
El agente que halló inconsciente al portavoz de AUGC registró inmediatamente la mochila de Carrasco, en busca de insulina para inyectársela, pero no la encontró. De haberla hallado, la vida de Carrasco habría corrido serio peligro porque la insulina baja los niveles de azúcar en sangre y el desmayo que sufrió fue producto de una hipoglucemia. O sea, la inyección le habría bajado aún más los niveles de azúcar en sangre.
Finalmente el compañero de Carrasco encontró sobres de azúcar en los bolsillos del portavoz de AUGC y se los suministró. Pocos minutos después llegó una ambulancia y trasladó a Carrasco hasta el hospital Comarcal, donde lo mantuvieron en observación durante la noche.
Fuentes cercanas a la familia del portavoz de AUGC aseguraron a este periódico que Carrasco pudo haber permanecido inconsciente alrededor de media hora porque entró en su WhatsApp sobre las 21:25 horas.
Asimismo han comentado a este periódico que el portavoz de AUGC estaba encargado de la vigilancia en una de las garitas estratégicas del perímetro fronterizo de Melilla y que la noche de su desmayo, además de estar solo, había alerta por la posible entrada de inmigrantes.
Según explicaron a este periódico las mismas fuentes, los médicos le han desaconsejado a Ramón Carrasco el estrés que produce, por ejemplo, estar pegado durante cuatro horas seguidas a una cámara térmica porque suele ocurrir con frecuencia que en situaciones de subida de adrenalina, el diabético no es consciente de que está sufriendo una bajada de azúcar, que normalmente se manifiesta con sudores fríos e inquietud, y si está solo, termina con un desmayo y la pérdida de consciencia.
También aclaran que desde que Carrasco fue trasladado de su puesto en los juzgados a la valla, el portavoz de AUGC no ha compartido servicio con ningún compañero porque le han asignado todas sus guardias completamente solo.
Hay que recordar que AUGC denunció a primeros de este mes ‘la caza de brujas’ que están sufriendo sus representantes en Melilla. Entre los casos denunciados está el de Ramón Carrasco, que sufre una diabetes de tipo uno y tiene que ponerse cuatro inyecciones de insulina al día.
Lo ideal para los diabéticos es suministrarse las inyecciones a la misma hora, pero los servicios de la Guardia Civil de la ciudad se organizan por turnos de mañana, tarde y noche, con lo que la medicación que toca en las comidas, no tiene horario fijo.
El Barkani y sus superiores, al tanto de la enfermedad
Tanto los superiores de Ramón Carrasco en la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, como el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, están al tanto de la enfermedad que sufre el portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en la ciudad y del riesgo que representa para su salud el traslado desde la puerta de los juzgados al perímetro fronterizo.
“No se trata de que lo sancionen, como hicieron con el responsable de AUGC que reclamó una silla nueva y terminó con un expediente por falta grave. Lo están castigando, aprovechándose de que sufre enfermedad crónica. Sería interesante que se pusiera en contacto con la Asociación de Diabéticos”, apuntan fuentes cercanas a la familia de Carrasco.
Es el segundo desmayo durante su jornada laboral
Cuando el pasado día 1 el guardia civil de Melilla y portavoz de AUGC en la ciudad, Ramón Carrasco, fue trasladado a la valla desde su puesto en los juzgados, avisó a sus superiores, por escrito, de que sufre una enfermedad crónica, diabetes tipo uno, que le obliga a suministrarse cada día 30 unidades de insulina Lantus antes de las 9:00 horas, alrededor de cinco unidades de insulina Novorapid antes de desayunar, otras seis unidades antes de comer y cuatro unidades antes de cenar. Asimismo les informó de que para llevar un control correcto de la diabetes que sufre es “indispensable” una jornada de trabajo estable sin grandes variaciones de horarios para evitar así que se produzcan fluctuaciones en las dosis de insulina que tiene el cuerpo, lo que podría provocar subidas y bajadas continuas de azúcar, como le ocurrió el pasado lunes, cuando Carrasco fue hallado inconsciente en una garita de Dique Sur.
Sus jefes también estaban al tanto de que en marzo de 2010 Ramón sufrió una fuerte bajada de azúcar, que casi le produjo un coma hipoglucémico, mientras estaba de servicio en el turno de 6:00 a 14:00 horas. En aquella ocasión, Carrasco tuvo que viajar a Málaga para ser tratado por un especialista en Endocrinología y Nutrición porque en Melilla esa especialidad no existía. Al regreso de la cita con el médico, Carrasco presentó a su jefe de sección en la Comandancia de Melilla un parte médico en el que le recomendaban regularidad en su horario de trabajo. Carrasco también aclaró a sus superiores por escrito que sus necesidades de insulina han ido a más con el tiempo ya que en 2011 pasó de necesitar dos a cuatro inyecciones de insulina al día. También les comentó que desde que su horario se regularizó tras su destino en los juzgados había notado una estabilización de la enfermedad. Aún así lo mandaron a la valla.
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