Todos los sindicatos del área de sanidad coinciden en que este último año ha sido muy duro para todos, pero remarcaron a El Faro que el personal del Hospital Comarcal y de los centros de salud llevan más de 12 meses soportando grandes niveles de estrés y sobrecarga de trabajo y, lo peor, según ellos, que no le ven el fin a esta situación. Y es que Melilla ha encadenado la segunda y tercera ola sin bajar la incidencia acumulada y todos prevén que la cuarta esté en marcha en unos pocos días. Afirmaron a El Faro que el personal está agotado a nivel psicológico y aunque saben que todos los profesionales del sector van a seguir luchando, aseguraron que son personas de carne y hueso, no superhéroes, y todo tiene un límite.
El Sindicato de Enfermería SATSE explicó que en marzo de 2020 comenzó un año complicado y lleno de incertidumbre. Aseveró que al inicio de la pandemia el personal trabajaba con mucho cansancio, pero con ganas de luchar contra la pandemia. Pero indicó que, conforme se han ido sucediendo las olas de la enfermedad, “se ha ido normalizando la situación de sobrecarga de trabajo, en el sentido, por ejemplo del uso de los equipos de protección individual (EPI) y lo que supone para un profesional estar vistiéndose y desvistiéndose con la Covid-19 en determinados espacios. La situación se normaliza, pero la gente está psicológicamente muy cansada”.
El agotamiento se agrava, según apuntó el sindicato, porque se ve que las medidas para contener la pandemia no están funcionando y no se logra que bajen los contagios. Indicó que en el hospital siempre hay ingresos por Covid y no se ha producido un tiempo de ‘descanso’ para los profesionales.
SATSE aseveró que la incidencia acumulada ha estado siempre por encima de los 500 casos por cada 100.000 habitantes en todas las olas generando una situación de estrés en el personal que es diaria.
El sindicato comentó que todos los compañeros han ido contagiándose del virus y pasando por la enfermedad, como el resto de la población, o bien estando confinados en varias ocasiones sin saber si tenían o no el virus, con el estrés que generaba eso en ellos al ver comprometida también la salud de sus familias.
SATSE también remarcó que no se ha aprovechado desde el hospital todas las competencias que tienen los fisioterapeutas para la rehabilitación respiratoria. Indicó que se les ha ubicado en el centro de salud de Alfonso XIII para usar la zona de rehabilitación para los pacientes oncológicos y dejar el hospital de día para ampliar la UCI. De hecho, subrayó que se ha hecho un ‘tetris’ en el Comarcal para poder aprovechar cada espacio ante la falta de más instalaciones sanitarias.
Por otro lado, el sindicato indicó que aún hay personal de la sanidad sin vacunar, bien porque pasaron el Covid-19 y tienen que esperar a los seis meses de haber pasado la enfermedad para recibir la dosis, o bien porque están de baja. Y en este último punto, SATSE no entiende que no se vacune a este personal. Indicó que cuando vuelvan al trabajo pueden ya estar inmunizados si se les pone ahora la dosis.
En cuanto al futuro, ve dos opciones, o conseguir la inmunidad de grupo a base de que la gente se contagie de Covid-19 de forma masiva, o la vacunación, pero en este último caso son muy pocas las personas ya con la vacuna.
De hecho, SATSE remarcó que si se tiene en cuenta el número de personas que han recibido la vacuna, la tasa de ingresos hospitalarios va a seguir siendo muy elevada en nuestra ciudad.
El sindicato indicó que la solución para controlar una pandemia pasa por hacer test a todos los habitantes y confinar a los sospechosos y positivos. Destacó que hay zonas, como Canarias, donde es necesario entrar con una PCR negativa. Y cree que en esta situación actual de incidencia acumulada se debería pedir tanto a la salida como la entrada de la ciudad una prueba negativa.
SATSE aseveró que desconoce qué falla, pero indicó que está claro que las medidas adoptadas hasta hora no sirven para bajar la incidencia. Insistió en que para controlar una pandemia hay que hacer test y controlar a los positivos. Aseveró que esta enfermedad contagiosa solo se controla con aislamiento de los afectados.
Para CSIF ha sido un año complicado para el personal del hospital y de los centros de salud. Resaltó que en la primera ola no hubo tantos casos ni muertes, pero se padeció la falta de EPIs. Sin embargo, subrayó lo difícil que está siendo para este colectivo de trabajadores tener que enfrentarse a una segunda y tercera ola sin descanso y que llegue ahora la cuarta sin bajar el nivel de contagios. Lamentó que en noviembre y diciembre el hospital colapsara. Y desde esas fechas el número de personas fallecidas no haya parado de incrementarse.
Pero también puso en valor el trabajo de Atención Primaria y la falta de personal en los centros de salud cuando sobre ellos está toda la gestión de pacientes contagiados. Aseveró que faltan médicos.
CSIF remarcó que no ha habido tiempo de calma en la ciudad durante todo este año. Indicó que hace falta hacer más test de forma masiva y continua.
Además, en cuanto a la vacunación, afirmó que no se comprende cómo se vacuna a unos profesores sí y a otros no, a unos policias y no a otros compañeros y así en los sectores esenciales. Aseveró que no tiene sentido nada si no hay una vacunación masiva a estos colectivos y no le vale con que la diferencia sea la edad entre los vacunados y los que no reciben la dosis.
Desde la Federación de Sanidad de UGT se indicó que se espera como agua de mayo la vacunación masiva. Remarcó es la solución para poder recuperar una vida normal. Mientras tanto, subrayó que hay que mantener las medidas de seguridad y solicitó moderación en los viajes. En este sentido, expresó que una vez que estemos todos vacunados, tendremos más libertad para poder movernos con menos riesgo. Y es que añadió que la ciudad vive en una “crisis continua tanto sanitaria como económica”.
El sindicato aseveró que esperan un reconocimiento a estos profesionales por su labora en la pandemia. Además, comentó que una vez que termine la pandemia espera que el Ingesa siga con el refuerzo de personal en el hospital.
Asimismo, desea que cuando se finalicen las obras del hospital universitario se cuente con la plantilla adecuada a la población y no todas las contrataciones sean temporales. “Esperamos que cuando llegue ese momento, que el Ingesa no se olvide de los trabajadores”.
Desde el Sindicato de Auxiliares de Enfermería se destacó que la incertidumbre que hubo en los primeros días de la pandemia hace un año fue muy grande. Subrayó que los profesionales del Comarcal y de los centros de salud no tenían miedo de ir a trabajar, ellos saben los riesgos, pero sí temían llevar el virus a sus hogares y contagiar a sus familias. Eso fue lo que subió el nivel de estrés en todos esos días y lo que sigue generando una situación de tensión continua entre estos profesionales.
Después de sufrir la primera ola y ver cómo los compañeros se contagiaban por la falta de material, llegó la segunda y tras ella la tercera. Subrayó que no ha habido descanso para el personal y psicológicamente están agotados “y lo peor, no vemos el fin a esta situación”.
Este sindicato aseveró que el personal va a seguir trabajando “como burros”, pero no sabe cómo va a terminar esto. Indicó que por mucho que el personal trabaje al 200%, son humanos.
El sindicato resaltó cómo los pacientes graves, con patologías, como cáncer y enfermedades crónicas, como insuficiencias cardiacas o respiratorias, preguntan cada día a sus sanitarios cuándo habrá vacunas para ellos y no les pueden dar una respuesta. Les dicen que ya les han arrebatado un año de la poca vida que les queda.
Además, SAE plantea al Ingesa que Melilla sea un espacio donde analizar la efectividad de la vacuna y ver hasta dónde se prolongan los efectos de la misma. Indicó que es una “vergüenza” haya un nivel tan bajo de vacunación y propone que se traigan las suficientes dosis para poner a toda la población. Y una vez que se haga, que pueda servir de muestra para los estudios que analizan cómo de efectivo es todo este proceso.
Cree que los políticos no están apostando por la población ni han pensado ella. Mientras que los ciudadanos ya están cansados de las restricciones y de hacer un esfuerzo que no se traduce en bajar los contagios. Por ello, estima que en una semana aumente de nuevo el número de ingresos y se vea, de nuevo el hospital colapsado.
SAE remarcó que los expertos están viendo como este proceso se repite, ya por cuarta vez, porque la tendencia de los datos es igual a la producida en la segunda y tercera ola, y aseveró que tras la Semana Santa serán el doble de contagios los que se registren, con el consiguiente número de ingresos.
La Federación de Sanidad de CCOO denunció ayer que los contratos de refuerzo del personal por la Covid-19 finalizan el 8 de mayo y no hay noticias desdes el Ingesa de Madrid de que se vayan o no a prorrogar. Cree que si los profesionales reciben ofertas de otros sistemas de salud, se van a marchar ante la incertidumbre de estar contratados de tres en tres meses, en lugar de seis meses que permite el Ejecutivo central.
El sindicato también aseveró que desde el Ingesa de Melilla y la Gerencia del Área Sanitaria se está luchando para mejorar los contratos y es Madrid la que paraliza todo al tener la última palabra. Por ello, incluso se plantean en estos momentos que sea Melilla quien tenga las competencias en sanidad para afrontar esta situación solo desde un frente. Indicó que al menos así sabrían quién está adoptando estas decisiones y no como ahora que en los servicios centrales del Ingesa se difumina todo.
Además, se pregunta por qué no se está formando a todo el personal en el uso de los equipos de protección individual (EPI) cuando hay menos ingresos.
Explicó que el personal está quemado y muy tocado a nivel psicológico porque es estresante trabajar con enfermos Covid o en otras plantas sin que termine una ola y llegue la siguiente.
CCOO destacó que los profesionales sanitarios llevan un año sin que disminuya la presión sobre ellos y ya se encuentran en un estado de agotamiento mental. Pero con un problema más añadido: no llega el fin de esta situación. Y subrayó que ahora mismo la vacuna no es la solución.
El sindicato dijo que nos engañamos si creemos que ahora se soluciona todo con las vacunas, porque no hay suficientes. Indicó que si vienen muchas a Melilla, habrá otras ciudades donde haya menos. Por ello, insistió en que no podemos ver como una solución a la vacuna en estos momentos. Y añadió que tampoco lo es que se monte un hospital modular en Melilla.
CCOO subrayó que esto es igual que traer el buque Galicia en mitad de la primera ola de la pandemia. El problema es que no se usó porque no había personal para atender a los pacientes y lo mismo ocurrirá con el hospital modular. El sindicato insistió en que no se está formando a los profesionales y no saben de dónde va a salir el personal para atender a los melillenses en esta cuarta ola
CCOO concluyó aseverando que los sanitarios no quieren medallas de oro, sino contratos de larga duración y de calidad para trabajar con seguridad.
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