El Ministerio del Interior respondió el pasado mes de junio la pregunta del diputado del PP Francisco Márquez en relación a los dispositivos con los que cuentan Melilla y Ceuta para vigilar sus perímetros fronterizos.
En vista de la respuesta, se puede vislumbrar que ambas ciudades autónomas son auténticos fortines para evitar la llegada de nuevos inmigrantes. En el caso concreto de Melilla, Interior resaltó que existen cuatro pasos fronterizos – Beni-Enzar, Farhana, Mari-Guari y el de Gurugú– de los cuales los dos primeros están habilitados para el tránsito de personas y vehículos.
En estos puestos, la Guardia Civil realiza funciones en materia fiscal, llevando a cabo de forma aleatoria inspecciones a vehículos y personas, mientras que la Policía Nacional se ocupa de los controles de entrada y salida de personas.
En cuanto al dispositivo de seguridad, está formado por una valla perimetral con cuatro controles terrestres, que consiste en un doble vallado de seis metros de altura, con una sirga tridimensional entre ambas y coronada con una rejilla oscilante que discurre por todo el perímetro de unos once kilómetros de extensión.
El vallado cuenta con sistemas anti-intrusión de personas y con instalación de CCTV, sensores de movimiento, farolas, focos de iluminación y un foco electrógeno propio.
De igual modo, en la respuesta de Interior se reseña que en los controles presta servicio de manera continua una Sección de la Compañía Fiscal de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla con una dotación de personal catalogado de 311 efectivos de la Benemérita con el objetivo de evitar la entrada irregular de mercancías y personas en la ciudad.