“El peor enemigo de la construcción no es la crisis, sino la economía sumergida”

El máximo dirigente de los Constructores Asociados de Melilla habla para ‘El Faro’ de un sector herido por la depresión financiera y salpicado de matices a nivel local, como la situación de los trabajadores transfronterizos o la entrada de áridos

No es ningún secreto que el sector de la construcción es uno de los más afectados por la crisis. Sin embargo, en una ciudad como Melilla, con una situación geográfica llena de peculiaridades, el panorama se ve salpicado por una serie de matices que no se dan en ningún otro punto de España, tal como la problemática de la entrada de áridos o la de los trabajadores que cada día cruzan la frontera para subirse al andamio. Para arrojar algo de luz sobre éstas y otras cuestiones, ‘El Faro’ consultó a una de las máximas autoridades del sector, el presidente de los Constructores Asociados de Melilla (Coademe) Manuel Jimeno Cerro, quien lo tiene bastante claro, el enemigo al que hay que combatir para superar la mala racha financiera es la economía sumergida.

– La crisis se hace notar en el sector a simple vista. Se habla mucho al respecto pero se ofrecen pocas soluciones. ¿Cual podría ser la clave para paliar la mala racha financiera?

– Lo que más daño hace ahora mismo son las economías sumergidas, influyen muchísimo. Al final lo más afectados por la situación económica son los empresarios que tienen sus negocios completamente normalizados. La competencia desleal es algo que ocasiona un gran daño al sector.

- Cuando se habla de este tipo de irregularidades en Melilla se suele relacionar el problema con los trabajadores transfronterizos.

- Es como todo. En este aspecto hay dos actitudes, el del constructor que realiza contratos en regla y da de alta a sus empleados en la Seguridad Social y el que permite que trabajen sin ningún tipo de permiso. Para esto no hace falta que sean transfronterizos, hay quien vive aquí y se ofrece a diario para realizar tareas puntuales sin cotizar por ello.

- Entonces reforzar las inspecciones de trabajo es una de las claves para poner punto y final a este tipo de prácticas.

- En efecto, pero el problema es que son situaciones difíciles de detectar. Los trabajadores del sector no suelen denunciar por solidaridad con sus compañeros, al final es muy complicado que alguien encare el problema. Las inspecciones de trabajo deberían estar guiadas por las formaciones sindicales, que son las que conocen que tipo de personas están realizando este tipo de prácticas sin garantías laborales.

- Al hilo de la situación de muchos trabajadores del área. En varias ocasiones se ha propuesto por parte de los partidos de la oposición que a la hora de realizar obras públicas se contrate a profesionales inscritos en las lista del INEM de Melilla. ¿Qué opina de esta idea para rebajar las cifras del paro?

 - Es una propuesta muy complicada de poner en práctica. En Melilla, por desgracia, existe mucho desempleo, pero también es cierto que hay personas que están apuntadas en el INEM y a las que no les interesa trabajar de manera estable. Yo mismo intenté contratar a una que me reconoció que cobraba el subsidio del paro al tiempo que realizaba pequeñas chapuzas a diario para ganarse algún dinero.

El caso de los áridos inertes

- Hace unos meses se vivió una situación peculiar cuando se prohibió la entrada de áridos y otros materiales de construcción procedentes de Marruecos, ¿qué opina de la problemática?

- Que fue un conflicto provocado, completamente artificial, por parte de personas que quisieron dar un vuelco al sector utilizando la ley a su favor. El problema tuvo fácil solución, contratar a empresas para homologar los materiales procedentes del país vecino.

 - ¿No existe entonces el riesgo de que estos materiales tengan una calidad más baja de la exigida por la Unión Europea, tal y como afirmaban algunas voces?

- En absoluto. Componentes como la caliza o la cuarcita son de la misma índole que los que se utilizan en el resto de España. Lo único que había que hacer era constatar que tenían el nivel requerido.

- ¿Qué opina de la opción de traer los materiales desde la península en barco?

- Una opción viable pero desmesurada, como matar mosquitos a cañonazos. La opción de homologar los áridos en Marruecos es mucho más simple.

Situación de la vivienda

- El precio de la vivienda libreen Melilla ha registrado en el primer trimestre de 2001 uno de los menores descensos de toda España, un 1,4%. ¿Qué opina al respecto?

- Que es un problema complicado. Hay que decir que, aunque no es una práctica habitual, muchos promotores optan por mantener viviendas sin ocupar para encarecer el precio de las restantes. Es algo muy peculiar en Melilla, ya que hay un elevado número de personas que trabajan para la Administración pública y que, por tanto, tienen un poder adquisitivo mayor que el del resto de la sociedad.

- ¿Qué soluciones pueden establecerse en Melilla si tenemos en cuenta que la escasez de suelo es un handicap a la hora de crear casas?

- Yo personalmente apuesto por la rehabilitación de viviendas en barrios eminentemente residenciales de la ciudad. Genera un mayor rendimiento que el de partir de cero y es considerablemente más barato. Con el dinero que se invierte en un metro cuadrado de una nueva vivienda se pueden rehabilitar hasta ocho de una antigua. Además, el ahorro en infraestructuras también es cuantioso, tan sólo hay que remozar las antiguas.

- ¿Qué ocurre con las situadas en zonas históricas como el centro de la ciudad?

- Es una cuestión más compleja, ya que hay que respetar las características arquitectónicas de los edificios por su carácter histórico. Lo realmente viable para dinamizar el sector es la rehabilitación de viviendas en barrios residenciales.

Justos por pecadores

- Se dice que la construcción es uno de los sectores más afectados por la situación económica, pero dentro de esta mala racha financiera, ¿que tipo de empresario sale realmente perdiendo?

- Al final lo que pagan la crisis son aquellos que mantienen sus proyectos en regla. Como ya he dicho, la competencia desleal hace mucho año, y Melilla no es una excepción. Es difícil mantenerse a flote cuando existen personas que contratan a trabajadores sin respetar ningún tipo de convenio laboral y bajo unas condiciones salariales que permiten un cuantioso ahorro de costes. La situación es más grave cuando se intenta maximizar ingresos gracias a materiales más baratos.

- ¿Donde son más comunes este tipo de prácticas irregulares?

- Suelen generase en promotoras privadas y con aquellos constructores que tienen mayor poder adquisitivo y pueden permitirse el lujo de desarrollar estrategias como la antes mencionada de mantener promociones de viviendas vacías para encarecer el resto. Al final lo más afectados son aquellos que empresarios que no cometen irregularidades.

- ¿En qué situación se mantienen las obras financiadas por el Gobierno y la Ciudad Autónoma, se nota la falta de inversión a la hora de ejecutar nuevos proyectos?

- En cierta manera sí, pero por fortuna en Melilla aún queda un amplio remanente de obras por realizar que ha permitido que el sector se mantenga activo. Todo parece indicar que durante los próximos meses seguirán desarrollándose construcciones financiadas por ambas administraciones, aunque la crisis se ha hecho notar.

- Resumiendo. ¿Una solución para superar el bache?

- Las mencionadas. Hay que adaptarse a la situación, dinamizar el sector ahorrando costes y siendo más eficientes, pero siempre evitando las prácticas ilegales, ya que con ellas nadie se beneficia y al final el despegue económico se hace inviable. Las inspecciones de trabajo deben ser más intensas, y los empleados rechazar las contrataciones irregulares. La economía sumergida es más peligrosa que la crisis.