Categorías: Política

El otro Claret

El nuevo delegado de Gobierno en Melilla se prestó a responder a algunas cuestiones más de carácter personal y alejadas de sus quehaceres diarios propios de su cargo. –¿Qué es lo que añora de Granada?
–Yo vivía a los pies de la Alhambra. Mi mujer y yo, que somos muy andarines, nos subíamos todas las tardes por los bosques de la Alhambra, hasta el Generalife y bajábamos por los nuevos accesos. Sin embargo, aquí tenemos unas playas magníficas, el paseo marítimo.
–¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de esta ciudad?
–La arquitectura modernista, que es preciosa y la ordenación de las calles. Esa zona del ensanche, de finales del XIX o el XX, es preciosa. Qué edificios tan magníficos.
–¿Aficiones?
–Correspondientes a mi edad. Cuando era más joven me gustaba el deporte; ahora pasear, leer y la música –especialmente la opera– ¡Ah!, y a los toros
Cuando fui joven jugué en un equipo de baloncesto 'Licor 43' y también al Balonmano, en Primera División en un equipo universitario.
–¿Qué libro está leyendo actualmente?
–Una historia del mundo que me encontré anoche en el despacho, pero leo mucho ensayo.
–Si tuviera que elegir un sólo libro, ¿Con cuál se quedaría?
–León el Africano, de Amin Maalouf.
–¿Qué tipo de música?
–La que escucha mi mujer –dijo entre risas–, pero dentro de la ópera, los autores italianos, especialmente Verdi. Los alemanes son muy duros.
–¿Una ciudad para vivir?
–Granada y ahora Melilla. Encantado de estar aquí.
–¿Una ciudad o un destino para vacaciones?
–A mi me encantaría y no he ido jamás, Tahití. Es una de las cosas que tienes en la mente desde que eres pequeño.
–¿Casero o de tapeo?
–Las dos cosas, hay que tener equilibrio en todo.
–¿Un plato que si le presentan en la mesa no se lo come?
–Yo me lo como todo –respondió entre carcajadas–; pero ¿lo qué me  como con menos gusto? Para que le voy a engañar, la lechuga.
–¿Y él que más le gusta?
–Un buen chuletón.
–¿Las aglomeraciones o los sitios tranquilos?
–Los sitios tranquilos sin duda. Las aglomeraciones, precisamente me agobian.
–¿Qué virtud destacaría en usted?
–La deben destacar los demás. ¡Hombre, echarme flores yo mismo...! Pero si  he de caracterizarme por algo, elijo el sosiego.
–¿Y defecto?
–También deben decirlo los demás, no voy a hablar yo mal de mi –comentó de nuevo entre carcajadas– .
–Bueno, ¿pues su punto flaco?
–Estoy analizándome –indicó tras unos minutos de reflexión–. Tengo tantos que es difícil encontrar uno para elegirlo.

Compartir

Artículos recientes

Prueba Video Embed DailyMotion

La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…

4 días hace

Los Caleros de Ayamonte de Pepe Gámez

En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…

2 meses hace

Indagando sobre el sentido del temor a la muerte

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…

2 meses hace

Percebes

De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…

2 meses hace

Derecho a discrepar

Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…

2 meses hace

Verano del tiempo viejo (VII)

Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…

2 meses hace