Melilla vivió un otoño meteorológico –desde el 1 de septiembre hasta el 30 de noviembre- “extremadamente cálido” según el baremo de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el segundo que más desde 1961, año en que comienzan los registros.
En concreto, la temperatura media fue de 21,8 grados, lo que supone una anomalía de 1,3 grados en positivo respecto a la media del período 1991-2020, que fue de 20,5 grados. El otoño más cálido en Melilla desde 1961 fue el de 2022, con una temperatura de 22,4 grados y una anomalía de 1,9 grados.
En cuanto a las temperaturas máximas, este otoño fue el octavo más cálido de la serie histórica, con una temperatura máxima media de 25,2 grados y una anomalía de 1,4 grados sobre los 23,8 grados que son la media de las temperaturas máximas. El otoño más cálido en las temperaturas máximas fue el de 1968, con 26,6 grados y una anomalía de 2,8 grados.
Por lo que respecta a las temperaturas mínimas, este otoño fue también el segundo más cálido, con una temperatura mínima media de 18,5 grados y una anomalía de 1,2 grados por encima de los 17,3 grados de media de las mínimas en este período. En este caso, el récord lo vuelve a tener el otoño de 2022, con 19,1 grados, lo que supera en 1,8 grados la media de las mínimas.
Durante estos meses, hubo dos episodios muy destacados. Uno coincidió con el veranillo de San Miguel, que empezó el 18 de octubre y duró 24 días. Más bien, “un veranazo”, según el delegado territorial de la Aemet en Málaga, Juan de Dios del Pino, quien explicó que “se adelantó un poquito y se retrasó una barbaridad”. También estuvo el veranillo de San Martín, más corto, que empezó el 10 de noviembre y duró 11 días. Ambos se caracterizaron por temperaturas especialmente altas durante muchos días.
La ciudad sigue de esta forma con las temperaturas más altas de lo normal, como ya había sucedido en el año agrícola, entre el 1 de septiembre de 2022 y el 31 de agosto de 2023.
Si tomamos como referencia la cantidad de agua caída, el otoño de 2023 sería el 33 más seco desde 1961, con 75,5 milímetros, un 69 por ciento de la media. Se podría calificar como un otoño normal desde el punto de vista de las precipitaciones, según Del Pino.
La lluvia se recibió, sobre todo, gracias a una DANA en septiembre, tres borrascas en octubre y otra borrasca más y un frente en noviembre.
El otoño más seco en Melilla coincide con el más cálido en cuanto a las temperaturas máximas y fue el de 1968, cuando sólo cayeron 2,5 milímetros, un dos por ciento de la media.
La Aemet dispone de indicios de que el invierno –diciembre, enero y febrero desde el punto de vista meteorológico- será muy cálido, pero, según su delegado territorial en Málaga, los cálculos sobre las precipitaciones que pueden caer no están “muy claros”.
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