“El Orgullo hay que celebrarlo, da igual si somos cinco que cincuenta”

El Orgullo LGTBI se celebra mundialmente cada 28 de junio para conmemorar la muerte de los disturbios de Stonewall de 1969 y visibilizar la presencia de diversidad de identidades y orientaciones sexuales y de género en la sociedad. Por este motivo, Melilla estuvo durante este fin de semana bañada por el arcoíris y hoy tendrá lugar la lectura de un manifiesto por los derechos de las personas LGTBI en la Delegación del Gobierno. 

Rafael Calatrava lleva siendo presidente de la Asociación Melillense de Lesbianas y Gays (Amlega) desde hace más de dos años. Cuenta que el origen de Amlega se remonta hace dieciséis años cuando un pequeño grupo de amigos se unió para celebrar el Orgullo Gay. Por aquel entonces no tenían sede y se reunían en casas de amigos o en asociaciones de vecinos.

Después de eso, empezó a unirse más gente y comenzaron a participar en más programas hasta llegar a donde están ahora. Actualmente cuentan con 80 socios y unos 20 voluntarios que colaboran diariamente. Están creciendo tanto que la sede se les empieza a quedar pequeña.

El objetivo siempre ha sido que la asociación fuese un sitio seguro para las personas LGTBI y que vean en ella un punto de encuentro donde reunirse y apoyarse las unas en las otras.

Al igual que desde su origen, cuando llega el mes de junio Amlega se sumerge en un gran programa de actividades para reivindicar la lucha por el colectivo LGTBI. Durante la manifestación que tuvo lugar el sábado 25 de junio, la participación ciudadana fue alta y hasta unas 200 personas desfilaron ondeando banderas arcoíris por el centro de la ciudad de Melilla. 

Aún así, muchas personas que pertenecen al propio colectivo no se une a la concentración, bien por vergüenza o por miedo a que les señalen con el dedo. A pesar de ello, desde la asociación nunca piensan en el número de gente que vaya a haber. 

“No podemos dejar de hacer las cosas porque no haya gente. Hay que hacerlas. El Orgullo hay que celebrarlo, da igual si somos cinco que cincuenta”, comenta el presidente de la asociación.

Programas LGTBI

Encuentros literarios, cineforum o conferencias pedagógicas son algunas de las actividades de este año por el XVIII Orgullo del Norte de África y en Amlega aseguran que ha habido lleno absoluto, algo a lo que no están nada acostumbrados. 

Asimismo, durante todo el año continúan con este tipo de programación para visibilizar la diversidad sexual y de género en las personas. 

El programa más importante que llevan a cabo son las pruebas rápidas para detectar el VIH, la hepatitis C y la sífilis. Se hacen de forma totalmente anónima, confidencial y gratuita. La gente contacta con ellos principalmente a través de las redes sociales: Instagram y Grindr son las que más éxito tienen. 

Aunque es el programa estrella, también es el más costoso, ya que los test vienen directamente desde el Ministerio acompañados de material de prevención, como preservativos y lubricantes. 

Además de actividades culturales y reivindicar día tras día la lucha por los derechos de las personas LGTBI, en Amlega también contactan con los trabajadores sexuales. Hay muchos, pero trabajar con ellos es muy difícil porque no suelen querer ponerse en manos de la asociación. 

Rafael Calatrava cuenta que hace un par de años Amlega comenzó a trabajar con uno que se acercó a hacerse una prueba de VIH y a por preservativos. A raíz de ahí, se corrió la voz entre ellos y ahora la asociación trabaja con un grupo en torno a unos veinte. 

Siempre se les atiende de forma individual porque “no quieren relacionarse con otros como ellos” y son personas poco estables a la hora de trabajar con ellos porque “puede cogerlos un cliente y se los lleva a la península tres días”. Algunos también tienen problemas de adicción y eso dificulta todavía más la relación. 

Amlega considera que es un tema complicado, pero también lo es de salud pública. “Hay gente que les pide no poner ningún medio de prevención a la hora de tener relaciones sexuales. También les pagan más por consumir sustancias”, cuenta el presidente de la asociación melillense.

Aún así, desde que cerró la frontera, el número de trabajadores sexuales en Melilla ha disminuido. Amlega contacta con ellos a través de un teléfono móvil y normalmente tiene que estar encima recordándoles que le toca hacerse la prueba o que vaya a por preservativos. También les dan material de higiene como toallitas y compran ropa interior entre todos los socios para que puedan cambiarse y estar limpios, ya que algunos tienen relaciones sexuales con 4 o 5 personas en una noche. En esos casos la higiene es muy importante para no contraer Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). 

La gente piensa que los trabajadores masculinos solo trabajan con hombres gays, pero es completamente incierto puesto que hay muchos hombres heterosexuales que buscan este tipo de servicio. “Las pruebas rápidas se hacen más a heterosexuales que a homosexuales”, señala el presidente de la asociación melillense. 

Acuden a la asociación porque les da miedo ir al centro de salud. En una ciudad tan pequeña todos se conocen y se pueden encontrar con su prima o su padre. En cambio, en Amlega pueden hacerlo de manera anónima y nadie se entera. 

Delitos de odio

Durante el manifiesto que se leyó el 25 de junio a las puertas del Palacio de la Asamblea, se recordaron muchos de los delitos de odio que se han producido en el último año, como el asesinato de Samuel Luz o el atentado contra un pub de ambiente gay en Oslo ese mismo día. 

Recientemente Amlega ha mantenido reuniones con la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Delegación del Gobierno para tratar los delitos de odio y combatirlos. El presidente de la asociación asegura que tienen línea directa con todos ellos.

Los que más se producen en la ciudad son los microdelitos, como que escriban en el buzón de casa la palabra ‘maricón’, por ejemplo, y por los cuales a las víctimas les llega a dar vergüenza denunciar. El problema es que cuando una persona sufre muchos delitos de este tipo, se van acumulando hasta desencadenar en casos graves como el suicidio. 

Para prevenir este tipo de situaciones, Amlega imparte charlas y talleres en los centros educativos. Desde la asociación cuentan que muchos padres se niegan a que sus hijos asistan a estas charlas. Al finalizarlas, siempre pasan unas encuestas de satisfacción adaptadas a las edades y se encuentran escritas respuestas desagradables de muchos niños, como ‘maricones’ o ‘morid, hijos de puta’. 

“Ningún niño nace homófobo. Eso no sale de la cabeza de un niño de 9 años a no ser que estés escuchándolo en casa todos los días”, asegura Calatrava.

Al final la educación en la familia es lo fundamental y si no se promueve el respeto y la igualdad en casa desde pequeños, estos microdelitos de odio se trasladan a las escuelas, donde hay niños que los sufren día tras día. “Si en edad escolar se están riendo de ti constantemente, llega un punto en el que no lo soportas y al final terminan quitándose la vida”.

Aún así, la asociación recibe insultos y amenazas constantemente. Rafael Calatrava cuenta que esa misma mañana al compartir una publicación sobre las actividades del Orgullo en su muro personal de Facebook recibió una amenaza de muerte. “Estas cosas nos pasan prácticamente todos los días”.

Están acostumbrados a que golpeen las persianas de la sede o hagan ruidos como si estuviesen vomitando. Son situaciones ante las que no pueden hacer nada excepto salir fuera y gritar cuatro cosas.

Sin embargo, los casos más graves sí se denuncian a través de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. También se registran en el Observatorio Nacional de Delitos de Odio. A las personas afectadas, se les da cobertura legal y psicológica, si hiciera falta.

“Queremos que esa persona sepa que detrás tiene una entidad”, señala el presidente de Amlega. 

Por estos motivos, en este día de Orgullo a la asociación le gustaría que los delitos de odio y la LGTBIfobia descendieran y disponer de más herramientas para poder combatirlos. Amlega continuará trabajando en la educación y espera que el curso que viene esta labor pueda intensificarse todavía más.