Las palabras de agradecimiento de los galardonados con la Medalla de Oro de la ciudad fueron un espaldarazo al orgullo de los ciudadanos de esta parte de España de sentirse melillenses. Los tres encarnan los valores que caracterizan a esta tierra. El teniente Agustín Gras y el soldado Ibrahim Maana Ismael son un ejemplo de la perseverancia, del amor a su país y de la vocación por servir en las Fuerzas Armadas. El primero sufrió graves heridas en el atentado ocurrido en Afganistán en junio, mientras que para el Ibrahim Maana era la segunda vez que intentaban acabar con su vida. Los dos fueron recibidos con aplausos de los asistentes al acto puestos en pie cuando acudieron a recibir la Medalla de Oro. El teniente Agustín Gras, que también habló por el soldado Ibrahim Maana, agradeció el reconocimiento y cariño de los melillenses y tocó la fibra sensible de los presentes. “A nuestras familias les damos las gracias y les pedimos perdón. Gracias por su constante desvelo y atenciones, y perdón por la certeza de que nuestras heridas les han causado más dolor a ellos que a nosotros”, dijo.
Similar ejemplo ofreció Jesús Miguel Zamora, visitador para España y Portugal de La Salle, galardonada por su colaboración al desarrollo de Melilla a lo largo de los últimos cien años. La institución es un referente. Sin su labor, la ciudad no sería como hoy la conocemos. Los melillenses quisieron agradecer con la Medalla de Oro su apoyo y colaboración. “Gracias por habernos dejado educar a sus hijos e hijas”, respondió a su vez el representante de La Salle.
Los homenajeados ayer son tres motivos para sentir orgulloso de ser melillense.