Un agente le denunció por robar una queja interna con el fin de que ésta no siguiera su trámite y proteger así a un compañero de Brigada.
El pasado mes de enero un agente de la Policía Nacional presentó ante los juzgados de Melilla una denuncia contra un oficial, al que se le acusa de prevaricación administrativa, por el supuesto robo de una queja interna que el denunciante interpuso en la Jefatura, con el fin de que ésta no siguiera su trámite administrativo y proteger a otro compañero de Brigada, amigo suyo. Pues bien, el pasado 16 de abril, el oficial imputado, A.B., declaró ante el juez y negó los hechos.
En la declaración a la que ha tenido acceso El Faro, A.B. aseguró en el juzgado que acudió a la Secretaría de la Jefatura y se interesó por el escrito que había presentado el agente denunciante, lo leyó y lo devolvió a la mesa, pero que no se lo llevó. Además, insistió en que él no tenía ningún interés en coger una queja interna en la que ni siquiera aparecía su nombre.
El oficial afirmó conocer al agente de Policía Nacional contra el que iba esa queja, pero que no mantiene con él “ninguna especial amistad” y con el agente denunciante “ni amistad o enemistad”.
A pesar de que el secretario que recepcionó la queja interna, aseguró que fue A.B. quien se la llevó de su mesa, el agente imputado reiteró que él no se llevó ningún documento y negó tener interés alguno en que esa queja no siguiera su trámite administrativo. Es más, A.B. aseguró ante el juez que el problema surgido entre ambos agentes, que originó esa denuncia interna, “quedó zanjado” y que él se enteró de que “se dieron la mano”.
Por último, A.B. aseguró que no trabaja “a gusto” con el agente que le ha denunciado y que “en alguna ocasión le ha tenido que reprochar alguna conducta dentro del ámbito de la estricta legalidad”.
Testimonio del jefe Superior
El mismo día de la declaración del oficial imputado, compareció ante el juez el jefe Superior de Policía en Melilla, Ángel Riesco, quien debía haber recibido la queja interna, según el cauce administrativo en estos casos. Riesco aseguró que la primera vez que tuvo noticia sobre este asunto fue el 24 de septiembre del año pasado, cuando, no obstante, la queja se registró en Secretaría el 19 de junio.
El jefe Superior de Policía explicó que una vez le llegó el escrito en septiembre “se inició una información reservada en la que la propuesta del instructor fue el archivo provisional, ya que los hechos se encontraban en conocimiento de la autoridad judicial”.
Riesco dijo desconocer los motivos por los que el agente denunciante presentó la queja interna así como de si ésta fue robada o no para impedir su cauce administrativo y aseguró que “la desaparición de documentos no es normal”, pero que, de tener él mismo constancia de estos hechos, hubiera actuado. Es más, declaró que “en los trece meses que lleva en Melilla no tiene conocimiento de que hayan desaparecido documentos”.
El jefe Superior de Policía negó haber hablado con el imputado sobre el asunto y explicó que, cuando tuvo conocimiento de la denuncia judicial, acordó que la unidad de régimen disciplinario hiciera un seguimiento de las actuaciones.
Durante la declaración ante el juez, Riesco afirmó que A.B. “no le ha ocultado algún escrito del que le tenía que dar cuenta” y dijo no creer que el imputado tuviera “interés en sustraer el escrito del 19 de junio”. Por último, el jefe Superior de Policía apostilló que en el tiempo que lleva en Melilla no ha tenido que “llamar la atención” al imputado y que tiene “muy buen concepto de él”, ya que en la Brigada en la que trabaja es “la primera de España”.
Los hechos denunciados
En la declaración del agente denunciante, éste aseguró que el 19 de junio de 2012 interpuso una denuncia contra un oficial de la Jefatura en la Secretaría. El funcionario allí designado selló el documento por duplicado. Al cabo de un tiempo, el agente preguntó por el estado de la tramitación de su denuncia en la misma Secretaría. Entonces tuvo conocimiento de que otro oficial, AB, “se llevó el citado escrito y no lo había devuelto”. Mes y medio después el agente denunciante acudió al departamento de Asuntos Internos de la Jefatura para preguntar dónde estaba su denuncia y allí un inspector jefe le informó de que “ni había nada ni había llegado nada”.
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