Trápana es el nombre que recibe la cala de la orografía melillense que se puede observar en el paseo de Melilla la Vieja entre el faro y el Museo Militar de la ciudad. Y es el nombre que también recibe la revista de investigación que edita la Asociación de Estudios Melillenses.
Ayer por la tarde se presentó el undécimo número de la revista Trápana, el cuarto que se edita desde que en 2012 Benito Gallardo tomó posesión del cargo de presidente de la Asociación de Estudios Melillenses. En la presentación estuvo acompañado del vocal de la asociación, Daniel Castrillejo que fue exponiendo y desmenuzando cada uno de los siete artículos que alberga de la revista.
En este número Trápana acercará a sus lectores hacia la Ruta Sefardí de Melilla, gracias al artículo escrito por María Elena Fernández Díaz y Mordejay Guahnich Bitán, en la que presentan a la Asociación sociocultural Mem Guímel, que se encarga de poner en valor el patrimonio del legado sefardí de la ciudad.
“Otro de los artículos de la publicación aborda análisis del entorno urbano en la antigua Rusadir, que son los yacimientos arqueológicos que se descubrieron en la casa del gobernador”, explicó Benito Gallardo a este periódico, y señala que se trata de un artículo muy científico y con bastantes fotografías del socio y vocal de la asociación Manu Aragón”.
Asimismo, la revista también alberga un artículo realizado por el malagueño Antonio Carmona Portillo, profesor de historia jubilado, y miembro de la asociación, en la que trata la guerra de Margallo desde un punto de vista documental. “Ha investigado esta cuestión, que aborda los años entre 1893 y 1894, desde el archivo municipal de Sevilla”, explicó, y añadió “así nos da una referencia de lo que ahí se guarda”.
El personaje de José María Paniagua y Santos, el gran benefactor de Melilla y el Rif orienta, o la conocida empresa de café de Melilla La Viuda de Gallego son otros de los diversos temas que se abordan en este número.
Difusión de la cultura
La publicación, que comenzó a editarse en 1987, fue entonces pionera en el ámbito cultural que se editaba sobre Melilla. Dejó de editarse por falta de fondos, hasta que en 2012 con Gallardo al frente, la Asociación de Estudios Melillenses consiguió un convenio con la Ciudad Autónoma, a través de la Consejería de Educación. De esta forma, con el patrocinio de la Ciudad, pueden editar su revista de vez en cuando.
El fin originario de esta revista, que trata siempre temas pasados, no es otro que acercar la historia y la cultura de la ciudad a la gente.
Según contó el presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, otro de los fines de la revista es conseguir que la gente de Melilla, tanto investigadores como aficionados a la historia, puedan investigar un tema y plasmarlo en el papel. “Y si es un buen artículo, lo publicamos en Trápana”, declaró.