El rumor venía dando vueltas por los mentideros de Melilla desde hace más o menos una semana cuando se habló por primera vez de la destitución del coronel de la Guardia Civil, Jesús Vicente Torresano Muñoz, que no se esperaba el traslado porque acababa de llegar a la ciudad con su familia.
De hecho, el coronel Torresano ha estado en el cargo poco más de dos meses (del 23 de noviembre de 2022 al 24 de enero de 2023).
El Faro intentó contrastar la noticia este lunes con el Ministerio del Interior, pero echaron balones fuera asegurando que un relevo de un alto mando solo se puede confirmar oficialmente cuando sale publicado en el Boletín Oficial.
Y justo 24 horas después se publica un cambio destino del coronel Torresano por "necesidades del servicio" a la Jefatura de Enseñanza de Madrid por el plazo de un año.
Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) hablan de destitución y han reprochado al Ministerio del Interior que el cese del coronel Torresano se produzca sin explicación de por medio ni siquiera a las organizaciones que mantienen comunicación directa con los mandos del Instituto Armado.
La jefatura de la Comandancia de Melilla, una de las más complicadas de gestionar por la presión migratoria, la lucha contra el narcotráfico y la escasez de personal, vuelve a quedar vacante. El teniente coronel Arturo Ortega se quedará nuevamente al frente, en un momento de relativa calma en la valla.
El número 2 del Instituto Armado en Melilla, tras la tragedia del 24J, dio sobradas muestras de transparencia al no solo recibir a los diputados de la Comisión de Interior en la Comandancia y enseñarles las imágenes que tiene la Guardia Civil sobre el salto a la valla más mortífero de la historia de esta ciudad, sino que también cuando estuvo en Madrid y respondió a todas las preguntas que le hicieron los diputados sin caer en contradicciones ni dar muestras de nerviosismo o falta de transparencia.
El caso es que no hay explicación oficial para tan repentino cambio en la Comandancia de Melilla y sí existe la sospecha de que su cese obedece a su negativa de sancionar a guardias civiles que participaron en el dispositivo del 24 de junio, que dejó al menos 23 muertos en la zona marroquí de Barrio Chino. Otras fuentes apuntan a motivos distintos.
El caso es que no debería dejarse espacio a la elucubración porque eso solo echa más leña al fuego de la inestabilidad que atraviesa la ciudad.
El Ministerio del Interior debería explicar los motivos del cese porque los ciudadanos, que somos los que pagamos los sueldos de todos los gobernantes de este país, merecemos saber qué ha llevado a cambiar al coronel de la Comandancia de Melilla dos meses después de su nombramiento.
No se trata de cuestionar la decisión del Ministerio del Interior sino de exigir transparencia para saber si tenemos razones para preocuparnos.
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