Cuando la directora general de Marina Mercante, Isabel Durántez, estuvo en Melilla en mayo pasado, en plena antesala de la campaña electoral de las pasadas elecciones autonómicas, ya se barruntaba que el nuevo contrato del Estado para la garantía de servicio público en nuestro transporte marítimo con la Península no atendería a las peticiones, demandas y anhelos de los melillenses. A pesar de ello, la directora general aseguró que el Ministerio de Fomento continuaba “su apuesta decidida por mejorar las comunicaciones marítimas entre la Península y la Ciudad Autónoma” y dio por hecho que los melillenses disfrutaríamos de mejores buques y notaríamos una “mejora sustancial en las condiciones de prestación del servicio”.
La realidad sin embargo es que los barcos no mejorarán prácticamente: El J.J. Síster se mantendrá en la línea con Málaga y para Almería, donde el obsoleto 'Santa Cruz de Tenerife' dejaba mucho que desear, se ha previsto incorporar un buque gemelo, de la misma antigüedad y características. Es decir, un ferry también de la clase Tritón como es el llamado 'Las Palmas de Gran Canaria' que, en principio, no promete más que una leve mejoría a costa de su actual remozo antes de su próximo destino a Melilla.
Hasta ahora los melillenses han focalizado sus quejas siempre contra la concesionaria del servicio, la compañía Acciona-Trasmediterránea. Pero lo cierto es que no se pueden pedir peras al olmo, es decir, con independencia de los esfuerzos propios que pueda hacer la naviera, nadie ofrece lo que no se paga. Es decir, no podemos pretender un servicio de calidad cuando se contrata con un presupuesto insuficiente.
Una vez más, el Gobierno Zapatero no ha atendido a las expectativas creadas. Lo ha hecho ya varias veces en materia de transportes. La más sonada de todas fue con ocasión de la visita de José Blanco en septiembre de 2009. Recordemos que el ministro de Fomento no dudó en prometer en su comparecencia ante la Prensa que antes de finalizar ese mismo año se habrían solucionado las deficiencias en nuestros transportes. Posteriormente, creó una comisión mixta que el mismo Ministerio de Fomento acabó por dejar de convocar, muriendo con ella la posible vía de diálogo interinstitucional que sobre el mismo asunto se había abierto.
Tampoco contestó a la postre a las cartas que le remitió el presidente Imbroda preguntando por aquellas promesas y esa comisión inconclusa, aunque de nuevo, en junio de este año, aseguró en el Congreso que al menos el transporte marítimo mejoría con el nuevo contrato.
Para esta nueva adjudicación, la tercera desde que el último Gobierno de Aznar decidiera dar garantía de servicio público a los enlaces marítimos con Melilla, el Ejecutivo central socialista decidió separar los pabellones de Ceuta y Melilla, y realizar una adjudicación específica para las distintas rutas con una y otra ciudad, a fin de atender, según dijo, las especiales necesidades y circunstancias de cada una de las poblaciones. Aumentó el coste de las adjudicaciones, que de 41,6 millones para cinco años de vigencia y atención a las dos fachadas marítimas, pasó a un contrato, en lo tocante a Melilla, de 11.9 millones de euros para sólo dos años, pero todo apunta a que la cuantía sigue siendo insuficiente para rebajar los precios y mejorar notoriamente los buques. Es más, según el viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, es posible incluso que suban, a no ser que el efecto de la competencia que ha supuesto la naviera Armas imponga a Trasmediterránea una rebaja obligada en sus tarifas. Téngase en cuenta, conforme a lo que ayer mismo destacó el portavoz del Gobierno local, Daniel Conesa, que hoy por hoy, para el puente de Todos los Santos, Armas ofrece un paquete para cuatro personas y vehículo a un precio aproximado a los 196 euros para trayectos ida y vuelta, sin duda muy atractivo respecto a lo que, salvo ofertas especiales futuras, anda ofreciendo también hoy por hoy para las mismas fechas la adjudicataria del nuevo contrato con el Estado.
En suma, como concluía ayer en unas declaraciones a 'El Faro' el viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, prácticamente no se ha avanzado nada porque ni siquiera los novedosos descuentos para menores de 12 años, jóvenes y mayores de 60, permitirán ofrecer billetes a 6 euros como los que ya se venían ofertando a los mismos colectivos, gracias a los acuerdos promovidos y sufragados por la Ciudad Autónoma con vistas a beneficiar a los sectores menos favorecidos.
El hecho añadido de que se recorte en dos meses la navegación rápida respecto de lo que ya teníamos, tampoco contribuye a hacer una buena previsión a partir de la nueva adjudicación. Confiemos por tanto en la disposición de Trasmediterránea a mejorarlo, en las posibilidades de negociación con la Ciudad Autónoma -una vez más llamada a suplir lo que el Gobierno central no es capaz de garantizar convenientemente- y esperemos que tras el 20-N verdaderamente se abran también, tal cual espera Conesa y el resto del Gobierno local, nuevas perspectivas para el transporte marítimo con Melilla. Hablamos de un servicio esencial que, con dinero y garantía de servicio público, debería tener como mínimo más calidad y ser más asequible para todos.