Después de que las ventajosas ayudas para los arreglos de fachadas no hayan tenido el eco esperado, y que las ayudas también para la rehabilitación no se demanden en la medida deseable... ...es lógico que el Gobierno local haya optado por tomar cartas en el asunto, con vistas a proteger un bien patrimonial de tanta importancia para Melilla como es nuestro Modernismo arquitectónico.
Según anunció ayer el portavoz del Ejecutivo melillense, van a endurecerse las ordenanzas y también se van a intensificar las inspecciones en los edificios modernistas, para evitar la socorrida 'ruina técnica' que permite derrumbar un edificio porque su rehabilitación supera con creces el valor del inmueble.
Melilla tiene un patrimonio arquitectónico que le da sello propio, que la convierte en la segunda ciudad modernista de España tras Barcelona y la única en el continente africano con una arquitectura tan hermosa como señera. No obstante, la práctica totalidad de los inmuebles que nos otorgan tal característica van a cumplir ya los cien años, lo que exige de una acción responsable para evitar que acaben en la ruina.
La decisión del Gobierno local es acertada e incluso debería haberse tomado antes. Habríamos evitado que desaparecieran edificios como 'La Casa Paraiso' u otras obras de arte que ahora sólo existen en los archivos fotográficos. Por muy admisibles que sean las nuevas construcciones, en cuanto a su estilo integrado en la línea arquitectónica de nuestro 'Triángulo de Oro', nunca podrán compararse a los edificios originales.