El Ministerio informa sobre temas cerrados y no negocia

 Los sindicatos agradecen la visita del director general de Evaluación, pero critican que no tengan en cuenta sus opiniones para concretar las normas

Los sindicatos de Educación agradecen la información facilitada estos días por el director general de Evaluación y Cooperación, pero denuncian que todos los temas que se trataron están cerrados y no pueden hacer alegaciones. Rechazan la actitud nada negociadora de este responsable del Ministerio que es quien dirige las políticas para Melilla y Ceuta. Aseveran que está bien que venga a Melilla a dar todo tipo de información sobre las normas del curso próximo, qué va a pasar con los Bachilleratos, cuántos profesores se van a sumar a las clases de Formación Profesional Básica y cómo va a quedar el calendario escolar. Sin embargo, exigen que se tenga en cuenta la opinión de los sindicatos en todos estos temas y que no vengan cerrados y decididos desde Madrid.
La reunión entre el director general de Evaluación, José Ignacio Pérez Sánchez, y los sindicatos se celebró el pasado miércoles. El director provincial de Educación, José Manuel Calzado, destacó que Pérez Sánchez es la tercera vez que visita Melilla desde que accedió al cargo hace un año y por ello, aseveró que es una muestra del interés de este directivo y del resto del Ministerio de Educación por los problemas y las necesidades del sistema educativo de la ciudad. Sin embargo, a los sindicatos no les vale con esa visita. Quieren participar en la toma de decisiones o que al menos se les consulte antes de adoptar una decisión.

Mejora de actitud
UGT aseguró ayer a El Faro que lo que falla en esta relación es la actitud del director general de Evaluación. Destaca que Pérez Sánchez llegó a Melilla con todos los temas cerrados y aunque escuchó las propuestas de los sindicatos, desconoce si las va a tener en cuenta. El sindicato explica que esta actitud contrasta con la del director provincial de Educación con el que hablan de todos los temas educativos e intentan llegar a un acuerdo para hacerlo llegar al Ministerio. Un ejemplo de esta falta de negociación que echa en cara UGT a Pérez Sánchez son las normas de inicio de curso.
El sindicato señala que todos los años hacen alegaciones a este documento porque en muchas ocasiones se influye en la jornada de trabajo de los docentes y esos aspectos deben ser tratados con los sindicatos. Entre esas normas hay una “incongruencia”, asevera UGT, y es que los mayores de 55 años optan a reducir la jornada de clases y el resto de horas ayudan en las labores del centro y en cambio, los profesores de 60 años, si no quieren jubilarse, no pueden optar a bajar el número de horas de clase. También critican este punto los sindicatos CCOO, SATE-STEs y CSI-F que añaden que se han reducido las horas que invierten varios jefes de departamentos en las labores de dirección y se  ha cambiado el periodo de adaptación de los alumnos de Infantil. Todo esto sin contar con la opinión de los sindicatos.

Las repercusiones
CCOO, por su parte, destaca también el doble discurso del Ministerio que asegura que para tomar unas decisiones ‘piensa’ en el alumno y en cambio, en otras no cuenta con las repercusiones que puede sufrir el estudiante. En concreto, el sindicato hace referencia a que habrá una reducción de varios grupos de Bachillerato para el próximo curso y eso implicará que alumnos que han estado toda su etapa escolar de la ESO en un centro deban cambiarse de instituto. En este punto, el Ministerio no tienen en cuenta al escolar, asegura este sindicato, y en cambio, la Administración estuvo defendiendo que en Semana Santa no haya más de siete días de vacaciones por ‘criterios pedagógicos’.
Asimismo, CCOO denuncia que habrá un recorte de profesores de religión para el próximo año porque el Ministerio sólo ve que hay que ahorrar en materia de Educación en lugar de garantizar que los estudiantes puedan recibir esta asignatura en los centros. Así, señala que se está pensado en eliminar a tres maestros de religión, dos en colegios y uno en un instituto.

Cambios en Infantil
También CSI-F denuncia la falta de negociación con el director general de Evaluación, aunque agradece que haya un mínimo de diálogo con esta entidad y que al menos se reúna e informe a los agentes sociales.
Destaca que la Administración quiera cambiar el periodo de días de adaptación del ciclo de infantil sin consultar con los maestros. Explica que Pérez Sánchez considera que la reducción de horario de los escolares de Infantil al inicio de curso para que se vayan adaptando al trabajo del centro no debe superar los diez días, mientras que en la actualidad pasa de los 20. El sindicato reclama que dejen elegir a los colegios cómo hacer esta incorporación de los alumnos a las clases según las características de sus escolares.
Todos los sindicatos se mostraron satisfechos por el hecho de que Educación vaya a aumentar el número de docentes para la Formación Profesional Básica, en concreto, trece maestros. Sin embargo, coinciden en reivindicar más profesores de Audición y Lenguaje y de Pedagogía Terapéutica para ofrecer una mejor atención a los alumnos con dificultades en Primaria. También es una reclamación conjunta que el Ministerio elimine los 15 días que hay que esperar para sustituir a un profesor que está de baja.

SATE exige saber qué pasará con Bachillerato

SATE-STEs también es duro con sus críticas al director general de Evaluación y asevera que el lema del Ministerio en esta legislatura es el de “esto es lo que hay y punto”. Afirma que Pérez Sánchez informó de un gran numero de decisiones tomadas o que se van a tomar de forma unilateral y aunque es cierto que dio explicaciones a los sindicatos, no dejó un margen mínimo de negociación. Una de las principales preocupaciones de SATE-STEs son los grupos de Bachillerato. Destaca que no se les ha informado aún de cuántos van a desaparecer, en qué centros, cuántos alumnos se van tener que cambiar de instituto o de optativas por las normas rígidas del Ministerio en esta materia ni del número de profesores que se verán afectados por este reglamento. Asevera que la falta de flexibilidad hace que los institutos sólo puedan abrir un Bachillerato si hay 30 alumnos y ofrecer una asignatura con un mínimo de 15 estudiantes.