El miedo

Un conductor marroquí asegura que pasó este lunes el susto de su vida. Iba al volante por la circunvalación, a plena luz del día, cuando se le cruzaron delante varios adolescentes con la intención de obligarle a parar. En Marruecos ya le habían advertido de que tuviera cuidado, que le estaban quitando el coche a los marroquíes en Melilla.

No se paró, aceleró y siguió adelante y a los supuestos asaltantes no les quedó otra que apartarse. Este hombre cuenta además, que un amigo suyo no corrió la misma suerte. Según explica, le quitaron el coche y el pobre hombre lo encontró abandonado “por ahí”.

Los rumores apuntan a que los conductores marroquíes que se dedican al contrabando y dejan el coche durmiendo en la circunvalación, en las inmediaciones de Farhana, estarían siendo víctimas de extorsiones por parte de melillenses que les secuestran el turismo y les piden un rescate por el vehículo y la mercancía.

En principio, en la Policía Local no tienen constancia de que esto esté ocurriendo y es normal que no la tengan, explican fuentes del Cuerpo, porque ellos no tienen Oficina de Denuncias. Lo que sí saben es que en caso de que se estén dando en Melilla este tipo de situaciones, los afectados, sean españoles a marroquíes, suelen denunciar. “Denuncia todo el mundo”, aclaran a El Faro.

Puede que el conductor marroquí que cuenta el susto que pasó haya malinterpretado lo ocurrido, influenciado por el miedo a que sean ciertos los rumores que ha escuchado en Marruecos sobre los asaltos en Melilla.

No vamos a elucubrar sobre si es cierto o no que están secuestrando vehículos en la ciudad. Vamos a hablar del miedo.

¡Cómo tiene que estar la cosa en Melilla, sobre todo, por esos rincones que la mayoría de nosotros no pisamos, para que tengamos en la ciudad conductores marroquíes atemorizados con la idea de que les roben el coche a plena luz del día como si esto fuera San Pedro Sula, la localidad más violenta de Honduras! De ahí es, precisamente, de donde huyen los miles de inmigrantes que desde octubre pasado están abandonando sus casas en caravana para pedir asilo en la frontera de EE.UU. con México.

El problema ya no es que yo tenga miedo cuando salgo a la calle. Es peor aún: los marroquíes que vienen a Melilla también lo tienen.

Este supuesto rumor en torno al secuestro de vehículos por los que se estarían pidiendo rescates de hasta 3.000 euros llega en un momento en que el robo de coches en Melilla está remitiendo y todo apunta a que está bajo control.

El último Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior, correspondiente a los primeros nueve meses de 2018 (de enero a septiembre) recoge un descenso interanual de la sustracción de vehículos del 38,5%, al pasar de los 96 coches robados en el mismo periodo de 2017 a los 56 del año pasado.

Bajaron sí, pero sería una idiotez felicitarse por ello. Que en una ciudad de 12,3 km2 roben 56 coches en nueve meses no deja de ser una burrada porque estamos hablando de la sustracción de una media de seis vehículos al mes. Yo no lo veo normal, pero cruzo los dedos por aquello de que aquí siempre se puede estar peor.

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