Los comerciantes están desanimados porque dicen que las ventas cada año están “más flojas”.
El mercadillo de Navidad del centro de la ciudad es toda una tradición que puede perderse en un par de años. Así lo aseguran los comerciantes ambulantes que ayer montaban sus puestos en la calle García Cabrelles. Están desanimados porque hay muy pocos tenderetes en la calle. De hecho, la mitad de la vía, que se cierra al tráfico, está vacía. Los comerciantes explican que las licencias de este mercado se han limitado a puestos para juguetes y golosinas, de forma que han pasado de ser más de 40 vendedores en el 2014 a sólo 17 en la actualidad. El mercadillo de García Cabrelles ha dejado fuera a los comerciantes de ropa y bisutería.
Los vendedores de golosinas y de juguetes explicaron ayer a El Faro que la eliminación de los tenderetes de pijamas, bolsos, bufandas y cinturones les va a afectar negativamente. Creen que van a vender menos juguetes y golosinas, porque habrá menos ciudadanos interesados en dar una vuelta por estas ‘tiendas’. Afirman que los compradores, sobre todo las mujeres, se acercan siempre al mercado navideño para echar un vistazo a la ropa y hacer una última compra de cara al día de los Reyes Magos. Así, mientras que eligen entre un bolso u otro, también acaban por adquirir alguna bolsa de golosinas o un roscón de reyes. Pero como este año no hay comerciantes con puestos de ropa y bisutería, los vendedores de juguetes y chucherías no saben cómo atraer la atención de los compradores a esta zona del centro.
Los tenderos de García Cabrelles afirman que cada año las ventas son “más flojas”. De hecho, algunos destacan que siguen asistiendo a este mercado por tradición. Es el caso de la familia de Hamed Mohamed, que lleva más de 40 años instalando un gran puesto con bolsas de golosinas, chocolatinas y roscones de reyes.
Este comerciante dice que cada Navidad es más complicado permanecer en el mercadillo porque tienen poco espacio y apenas sacan dinero de las ventas. Asevera que este año se conforma con cubrir los gastos de la inversión.
Hamed, una vida dedicada a la venta ambulante
Hamed es otro de los comerciantes de García Cabrelles. Lleva 25 años poniendo su puesto en este mercadillo tradicional de Navidad. Comenzó vendiendo juguetes, pero a los pocos años optó por cambiarse al mundo de las golosinas. Reconoce que cada año la gente visita menos este mercado. Le da pena que se pueda perder esta tradición, pero afirma que tiene esperanzas de que de nuevo los melillenses apuesten por visitarles como hacían hace años. Hamed es de los que piensan que hay que aprovechar las fiestas para reír y ésa es otra de las motivaciones que lleva todas las navidades a montar su tenderete de golosinas: Ver a los niños sonreír cuando sus familias les compran una bolsa de chucherías.
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