Pasó 2 meses en prisión a la espera del juicio y salió libre 48 horas antes de su celebración. Le robaron los papeles de su vehículo en Melilla y después aparecieron en Alhucemas. Marruecos le buscaba desde hacía 7 meses y le detuvieron en la frontera el 5 de junio. Acababa de perder a su padre. Una semana después y aún sin asimilar el golpe, Mounir Molina Mohamed fue a la frontera de Beni Enzar para renovar la carta verde y poder circular con su vehículo melillense en Marruecos, como cualquier vecino de la ciudad. Allí le informaron de que había una orden de búsqueda y captura, por lo que sin más explicaciones le llevaron a la comisaría de Nador. Ocurrió el 5 de junio de este año.
Mounir Molina Mohamed ha sido uno de los 48 presos españoles en Marruecos indultados por el rey Mohamed VI y su caso ha saltado a la luz pública, después del escándalo de la liberación del condenado por pederastia Daniel Galván. La madre de Mounir llamó a su hijo el pasado miércoles y le dijo que su nombre estaba en los telediarios nacionales.
Dos días antes de la celebración del juicio, Mounir fue indultado por el rey marroquí. “Me lo comunicaron un martes. El miércoles ya estaba en Melilla”, recuerda. Las autoridades marroquíes cuestionan ahora que la situación de este melillense cumpliera los requisitos para ser indultado, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores de España afirma que Mounir Molina, sí cumplía los requisitos y que por eso se incluyó en la lista.
Su experiencia carcelaria
Dos meses en la cárcel de Alhucemas y todos los días su familia se desplazaba hasta la localidad marroquí para visitarle y llevarle comida. “No me han tratado mal. Sólo la comida”, comenta. “Allí son todos muy disciplinados y la prisión está muy organizada. No tengo queja de los demás presos o los funcionarios de prisiones”, añade.
Pero Mounir se siente dolido. Dice que su familia acudió a la Delegación del Gobierno en Melilla para pedir asesoramiento y ayuda, después de que se sucediera la detención, y no les dieron ninguna solución. “Si la Delegación del Gobierno de mi país no puede hacer nada, ¿quién me saca a mí de la cárcel?”, se pregunta este joven melillense.
Se siente dolido también por el impacto mediático suscitado por su caso, máxime porque dice ser inocente y en los medios de comunicación “se están diciendo muchas mentiras”. “Yo no he traficado nunca con nada. No me resistí a la detención ni he llevado un arma encima nunca”, explica y asegura que está pensando en tomar acciones legales contra los medios de comunicación que han publicado “todas esas mentiras”.
Mounir lamenta también que la opinión pública le relacione con un hombre que abusó de menores. Todo este capítulo de su vida quiere dejarlo atrás y seguir adelante. “No quiero que me relacionen con un pederasta. Quiero pasar página y seguir con mi vida”, afirma.
Y no es para menos. A raíz de su repentina detención y encarcelamiento, Mounir perdió su trabajo en la construcción y no puede optar a la prestación por desempleo. Dice que debe dos meses de alquiler, está casado y tiene una hija. “Tengo que salir adelante como pueda, pero sin más mentiras. No quiero que se hable más de mí. ¿Qué más quieren?”, se pregunta.
El origen de la pesadilla
El 29 de enero de este año Mounir halló su coche con la puerta forzada. Le habían robado todos los papeles y documentación de su vehículo. Puso la denuncia correspondiente en la Jefatura de Policía y en la frontera, las autoridades marroquíes le pidieron la misma denuncia, pero traducida al francés, para poder obtener una nueva documentación.
Ya bien entrado el mes de febrero, desde que le robaran el coche en Melilla, Mounir consiguió terminar de renovar todos los papeles y documentación de su vehículo. “Tenía un trabajo y una vida”, afirma a El Faro.
Pero ésta se truncó el 5 de junio, una semana después del fallecimiento de su padre. Llegó a la frontera de Beni Enzar, nuevamente para sellar la carta verde, cuando le detuvieron. “Tu tienes algo en Alhucemas”, le dijeron las autoridades marroquíes.
De nada le sirvió que su familia le llevara a Nador la denuncia presentada sobre el robo de la documentación de su vehículo. “Me llevaron a Alhucemas y allí el juez me preguntó sobre un Hyundai que vendí hace tres años. Le dije que se lo había vendido a otro ciudadano español y de Melilla, pero no me creyeron”, relata.
Siempre según su versión de los hechos, Mounir Molina afirma que en las sucesivas declaraciones que realizó en dependencias judiciales de Alhucemas, ciudad de la que afirma que no ha ido hace más de tres años, le preguntaron una y otra vez por un vehículo al que le habían encontrado droga dentro.
“Sabían la matrícula y todos los datos. Me enseñaron los papeles que me habían robado en enero y les enseñé una y otra vez la denuncia que puse en Melilla”, explica. Pero las autoridades marroquíes insistieron en implicarle en una organización dedicada al tráfico de drogas en la que había dos acusados más.
Su salida de la cárcel
Mounir dice que los otros dos detenidos por los mismos delitos de los que fue acusado, aseguraron no conocerle. Le enseñaron fotos de los dos presos y dijo no conocer a ninguno. El supuesto conductor del coche con droga, que entregó a las autoridades marroquíes la documentación del vehículo de Mounir, según cuenta, afirmó en su declaración que no conocía al joven melillense. “Me han negado en todas las declaraciones”, afirma.
Al conductor le han condenado a ocho años de cárcel, al segundo acusado, diez.
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