Frenazo Los azulinos ven frenada su trayectoria en la competición tras caer frente al último clasificado Bajas Velasco volvió a ser expulsado y Jairo Álvarez vio la quinta tarjeta amarilla. La UD Melilla encajó una derrota inesperada en una noche gélida que dejó helados a los valientes y fieles seguidores azulinos que se dieron cita en el municipal Álvarez Claro. El conjunto unionista dejó escapar de esta manera una oportunidad de oro para acabar la jornada en puestos de play-off ya que el empate le hubiera bastado para desplazar al Almería B de la cuarta plaza. Lo peor de todo no ha sido la derrota en sí, sino las consecuencias de la misma ya que Velasco volvió a ser expulsado con roja directa y Jairo Álvarez, a la espera de lo que dicte el Juez Competición, vio la quinta amonestación que le acarreará un partido de suspensión, por lo que Juan Moya no podrá contar con ambos jugadores el próximo domingo en el municipal de San Pablo ante el Écija Balompié, otro rival directo en la pugna por estar entre los mejores del Grupo IV.
El UCAM, como se preveía, no iba a ser un rival fácil a pesar de ocupar el 'farolillo rojo' del Grupo. La escuadra universitaria llegaba al partido después de empatar ante el líder y ganar al Almería B en feudo rojiblanco, por lo que afrontaba el partido con la moral por las nubes, con poco que perder y mucho que ganar, como así ocurrió. Los de García Tevenet se adaptaron mejor que los de Juan Moya al fuerte viento de poniente que azotó durante todo el partido. Hecho que deslució en parte el juego, pero que no fue excusa para reconocer que los visitantes estuvieron más metidos en el encuentro que los locales y que hicieron méritos suficientes para llevarse el empate e incluso el triunfo. Ahora toca olvidar cuanto antes la derrota y recuperar fuerzas para el importante choque del domingo frente al equipo que dirige el que fuera técnico azulino Miguel Rivera.
El primer tiempo comenzó con un Melilla lanzado, a pesar de jugar en contra del viento, aunque lo mejor de este periodo para el equipo unionista fue, sin duda, el resultado con el que se marchó al descanso. Los visitantes, muy bien posicionados sobre el rectángulo, se hicieron con el control del juego y con el dominio en la zona ancha en la que ni David Vázquez ni Jairo Álvarez estuvieron a su nivel habitual. Con el viento a favor, los de Tevenet lo intentaron de todas las maneras, pero el verdadero peligro llegó siempre a balón parado. Los murcianos estrellaron dos balones en la madera antes de cumplirse el primer cuarto de hora y Munir salvó un gol cantado a disparo de Fran Minaya. A los azulinos les costaba salir de la presión que ejercieron los universitarios, pero, aún así, también dispusieron de varios disparos aunque faltos de puntería. Moya cambió las posiciones de los jugadores de arriba en varias ocasiones pero sin el resultado deseado. El equipo, como la noche, estuvo desangelado. La parte de atrás, salvo en la defensa del córner que costó el gol, fue de lo mejor, destacando sobre manera el trabajo de Amarito y Andrés Sánchez que fueron los más entonados junto a De la Mota en un partido muy gris del cuadro melillense.
A los tres minutos, una internada de Velasco por banda derecha acabó con un centro raso hacia atrás que Jairo remató de manera defectuosa y el rechace llegó a De la Mota cuyo disparo rechazó también un defensor. Poco después Nico Varela estuvo a punto de conseguir un gol olímpico al lanzamiento de un saque de esquina, pero el cuero se estrelló en el travesaño de la meta defendida por Munir. Seis minutos más tarde, en el catorce, los visitantes pudieron adelantarse en el marcador pero el libre directo ejecutado desde la frontal por Fran Minaya lo repelió la cruceta. El mismo jugador estuvo a punto de sorprender a Munir con un disparo lejano que se marchó muy cerca del palo izquierdo del portal melillense. Robles también probó fortuna desde lejos pero su disparo se marchó alto. Velasco puso la réplica a pase de De la Mota aunque el cuero se marchó al lateral de la red. César Díaz, a la media vuelta, aprovechó un rechace de la defensa blanca pero la pelota se perdió por encima del larguero. Un minuto después, en el 33, de nuevo Velasco lo intentó sin fortuna y Varela finalizó de manera defectuosa un rápido contragolpe visitante. Al filo del descanso, Munir metió el puño de manera providencial para salvar una pelota que que colaba en su portería y el colegiado Benjumea Sánchez decretó el final del primer acto justo cuando los visitantes reclamaban un derribo de Titi en el área local.
La segunda parte fue otra historia. El Melilla salió decidido a por el partido aunque sin las ideas muy claras para combatir el férreo tramado defensivo que impuso el conjunto católico. De hecho, el primer acercamiento con peligro lo protagonizó el visitante Titi que se marchó en velocidad de los centrales azulinos pero en última instancia Sergio Sánchez abortó el remate del delantero. Poco después Munir, muy atento, se anticipó a Pico quien estuvo a punto de finalizar un pase interior de Titi.
Pasada la hora de juego, en el 65, se produjo la mejor jugada de los locales. Balón de Jairo a la derecha para César Díaz que centró y el cuero llegó a las inmediaciones de De la Mota que controló, acomodó el tiro pero su disparo salió muy cerca del palo derecho de Royales. A renglón seguido fue Amarito el que conectó un zurdazo impresionante que el meta murciano se encargó de desviar a córner. El Melilla quería pero no podía y así, cuando el empate parecía que iba a hacer justicia a los méritos de unos y otros, llegó un saque de esquina, sacado a pie cambiado, que la defensa melillense no acabó por despejar y Quesada, que se había incorporado al remate, remacho a gol. Un tanto muy celebrado por los visitantes y que cayó como un jarro de agua fría a los locales que aún así tuvieron ocasión de igualar la contienda con un remate de cabeza del meta Munir que se incorporó al remate de una falta lateral ejecutada por Andrés Sánchez y que el colegiado anuló a instancias de su asistente, supuestamente por fuera de juego. No hubo tiempo para más y el Melilla deberá esperar a otra ocasión para intentar asaltar de nuevo los puestos de play-off.