A pesar de las importantes bajas con las que llegaba Bilbao y de cosechar una cuarta derrota consecutiva, los azulinos recuperaron las buenas sensaciones ante un rival directo en la zona alta de la clasificación. Liderados por un casi letal Agada y con una actitud defensiva ciertamente brillante, al equipo de Alejandro Alcoba solo le faltó rematar su trabajo en un último cuarto donde no supo cerrar los rebotes cerca de su aro y abusó de acciones individuales para haber dado un golpe en la mesa de cara a asegurar su presencia en los playoffs. Finalmente la escuadra de nuestra ciudad cayó en su visita al Bilbao Basket por el tanteador de 62-59, debido a la falta de acierto en el último de los cuartos dándose un parcial de 12-5 para los locales.
Los primeros tres minutos fueron una sucesión de puntos tras rebotes ofensivos en ambos aros. Los brasileños Demetrio y Dos Anjos lideraban a sus equipos en esas lides, pero fueron los vizcaínos los primeros en variar su forma de anotación. Un 7-0 de parcial con triple incluido del propio Demetrio ponía el 11-4. Fue el momento para cambiar la defensa azulina a una zona que provocó ciertas dudas al rival. Dos Anjos monopolizaba la ofensiva de los visitantes durante los primeros siete minutos. Ninguno de sus compañeros le ayudaba a la hora de sumar puntos y, por si fuera poco, el equipo pecaba de escasa intensidad, sobre todo en el exterior, donde dos triples consecutivos de Edu Martínez encendieron las alarmas (17-8) que provocó el tiempo muerto de Alejandro Alcoba. De ahí hasta el final del primer cuarto, los hombres de refresco al menos permitieron evitar una mayor hemorragia en el electrónico, pero las sensaciones fueron precisamente las mejores.
El panorama no terminaba de cambiar en los siguientes minutos. Melilla amenaza exterior buscaba casi siempre la pintura y ahí los vascos redoblaban esfuerzos. Apareció entonces la figura del serbio Balaban para hacer un segundo foco de anotación y esta circunstancia permitió un primer acercamiento. Sin embargo, al equipo le faltaba regularidad y varias pérdidas de balón volvían a estirar la desventaja. El partido vivió entonces una cierta calma con un Bilbao Basket ahora poco productivo en la línea de tres, mientras un triple Franch reabría casi un partido nuevo a cuatro minutos para el descanso. Ahora, los puntos estaban muy caro y, en ese cierto control, los locales se sentían incómodos, pero los azulinos no acababan de aprovecharlo. Un triple del nigeriano Agada dejaba bastante equilibrada la contienda al final de la primera mitad (36-32).
El inicio del segundo tuvo el nombre propio de nuevo de Agada. El escolta anotó los siete primeros puntos de los azulinos tras la reanudación y certificó la voltereta (38-39) después de muchos minutos a remolque. A pesar de la menor rotación, los visitantes resistían los envites y mantenían la intensidad defensiva brillante del segundo cuarto. Partido de poder a poder que parecía digno de unos playoffs cada vez más cercanos. Los melillenses no daban tregua en la retaguardia y a base de cerrar su aro crecían sus prestaciones en ataque. El lituano Zyle colocaba el 44-49 y ahora los nervios eran para un Bilbao Basket incapaz de sacar rápidas transiciones. Agada seguía en estado de gracia y eso hizo que los hombres de Alejandro Alcoba controlaran la situación.
Aún quedaba mucha película y, entonces, apareció Lammers que se convertía en una pesadilla para los pívots. El conjunto vizcaíno retomaba la delantera a pesar de que seguía negado en los triples. Melilla ahora concedía segundas acciones de tiro a su oponente, pero el encuentro parecía destinado a un final de infarto. Con empate a 59 se llegó a los dos últimos minutos y ahí los locales jugaron de forma más cerebral. A falta de siete segundos, Zyle falló el triple que hubiese podido forzar la prórroga y, en esa acción, se acabó por concretar una derrota en un partido ciertamente igualado.
Vestuario del Bilbao Basket
El técnico del conjunto bilbaíno Alex Mumbrú declaró que “hemos empezado bien. Con buen ritmo de juego e intentando correr y presionar. Ese ritmo no le interesaba a Melilla, que poco a poco ha ido haciendo posesiones largas. El juego ha sido cada vez más lento. En el tercer cuarto se nos ha ido el resultado, sobre todo por el desánimo que teníamos al fallar algunas canastas fáciles. En el último cuarto hemos fortalecido nuestra defensa y es muy importante ganar partidos como el de hoy en días en los que no se está muy acertado”. Sobre los 20 rebotes ofensivos que sumó su equipo frente a los melillenses: “Hemos estado muy bien. Cuando fallas mucho, es lógico coger muchos rebotes y hemos tenido confianza en lo que hacemos. Hemos reboteado bien, además porque de esos 20 rebotes, 18 han sido de nuestros pívots ante un Melilla que ha cargado mucho su juego sobre la pintura”.
Ante las ausencias del Melilla: “Cuando a un equipo le faltan dos jugadores importantes, se refuerzan como grupo. Muchos tenían que jugar muchos minutos, y si no metíamos mucho ritmo no lo iban a acusar. Me quedo en que hemos dejado en 59 a un gran equipo como Melilla y por eso hay que darle mucho mérito”.
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