OPTASPORT /CARTAGENA (MURCIA)
l La escuadra azulina no tuvo capacidad de reacción para enmendar los errores cometidos en defensa l El equipo melillense sigue con la pólvora mojada y encadena tres partidos sin acierto de cara al gol.
No pudo ser. El Melilla no encontró el camino en su visita Cartagena, donde se toparía con un tanto del local Fernando en el minuto 21. No tendría excesivas ocasiones un Melilla que, sin plasmar un gran juego, pudo empatar el partido. Sin embargo, los locales consiguieron poner tierra de por medio con un segundo tanto pasada la hora de partido que cerró la contienda.
Fue un primer tiempo competido entre dos equipos que sobre el tapiz del Cartagonova demostraron estar muy parejos, el Cartagena de Luis García Tevenet llevaba la batuta y el control del partido, ante un Melilla de Juan Moya bien pertrechado atrás y buscando la velocidad arriba de Guille Roldan y los desmarques de ruptura de David Vázquez. Aunque el primero en poner en jaque a la zaga departamental fue el delantero Montes al disparar un balón alto en el minuto seis desde la frontal del área.
El Cartagena con Diego Segura y De Lerma conseguían tener más posesión, pero los balones morían siempre en las bandas donde Súper y Menudo no conseguían plasmar en peligro claro sus subidas por las bandas. El Melilla dio un aviso claro en el minuto nueve, balón entre líneas que David Vázquez controla y disparó alto. Tevenet mandó ajustar mas las líneas pues Carlos David estaba demasiado solo y tanto Fran Miranda como Nando conseguían ver los movimientos previsibles de los locales.
El encuentro llevaba derroteros claros de mucho centrocampismo y nada de creación arriba, las defensas no pasaban apuros, y tuvo que ser un fallo claro de Amarito al ceder un balón a su portero, sin darse cuenta de que el goleador Fernando estaba esperándola, el artillero blanquinegro se hizo con el esférico y batía a media altura a un desesperado Munir. Aunque sus compañeros arroparon al lateral izquierdo por su fallo, lo cierto es que el tres del Melilla se desquició y consiguió con sus indecisiones y excesivo nerviosismo convertir su banda en una autopista donde Súper y Antoñito comenzaron a desdoblarse y a centrar balones a Fernando que tanto en el minuto 32 como en el 36 pudo consolidar la ventaja, pero una vez Munir y otra la lentitud al disparar hizo que el marcador no se moviese.
El que sí estuvo a punto de conseguir igualar el partido seria Montes en el minuto 35, un balón que le llegó desde la banda al nueve melillense y su disparo fuerte pero muy centrado lo detuvo Limones, tres minutos después de nuevo Montes consiguió controlar un balón en el área cartagenera pero su excesiva lentitud en armar el disparo, propició que Mariano Sánchez despeje el cuero. El Cartagena veía como tenía que hacer un cambio por lesión De Lerma y el argentino Fede comenzaba su participación, el marcador ya no se movió en esta primera entrega del encuentro.
El Cartagena basculaba y en las salidas aprovechaba su superioridad sobre todo en las bandas, donde tanto Antoñito como Fede eran superiores a sus pares como Pepe y Amarito, sobre todo el lateral izquierdo Amarito, que de nuevo en el segundo tiempo y cuando transcurría el minuto 66 veía como Menudo le driblaba y enviaba un centro al área donde Fede solo marcaba a placer. Era el segundo tanto y de alguna forma dejaba el partido muy claro para los de Tevenet. Un equipo el Cartagena que tendría en el final de partido ocasiones claras para conseguir aumentar las diferencias, pero ni Fernando, ni Antoñito ni Menudo pudieron batir a un Munir que estuvo acertado en ese final de encuentro.
Al Melilla le toca ahora pasar página, y asimilar la derrota cuanto antes para centrar sus esfuerzos en el próximo partido que disputará en el Municipal Álvarez Claro ante uno de sus perseguidores y frente al que no cabe otra cosa que no sea la victoria puesto que el margen de error es cada vez más estrecho para un equipo como el azulino que ha mostrado un gran irregularidad a lo largo de un campeonato que se le puede hacer muy largo si no logra enderezar el rumbo en las próximas jornadas.