EL Congreso de los Diputados acogió ayer el debate de la moción presentada por el PSOE contra la instalación de la concertina en la valla fronteriza de Melilla. Este asunto centra buena parte del debate político a nivel nacional en los últimos días. Sin embargo, no es la principal preocupación de los melillenses. Al fin y al cabo, los inmigrantes sólo están ‘de paso’ por nuestra ciudad. Su destino último son los países más prósperos de la Unión Europea, los mismos estados que consideran que los problemas fronterizos de Melilla les son ajenos y, por lo tanto, no prestan atención a las peticiones de ayuda que realizan nuestros representantes públicos.
En cambio, uno de los asuntos que más preocupa en Melilla es la situación económica de una cada vez mayor parte de nuestra población. El último estudio del Instituto Nacional de Estadística sitúa en el 36,6% la tasa de melillenses que están en riesgo de caer en la pobreza. Con la precaución que hay que tomar las encuestas del INE referidas a nuestra ciudad (el propio organismo advierte de su amplio margen de error), hay un dato que provoca intranquilidad: Este índice ha crecido un 2% en el último año. Si en 2011 se encontraban en esta situación 346 melillenses de cada 1.000, el año pasado esta proporción se incrementó en 20 personas.
Tampoco sirve de consuelo mirar lo que ocurre en el resto del país. Sólo Ceuta registra una tasa parecida, aunque inferior a la de Melilla. En la ciudad caballa el 36% de la población se encuentra en esa situación. Las posibilidades de hallar una salida no son muchas. Algunas, como la mayoría de las propuestas por la secretaria confederal de Empleo y Migración de CCOO, Paloma López, están totalmente descartadas mientras no cambie el marco de las relaciones de Melilla con Marruecos.
Lo cierto es que, por distintas causas, no conseguimos acercarnos a los niveles de riqueza de otras regiones de la península. Algunas como Navarra, con una tasa de población en riesgo de pobreza de sólo el 8,1%, parecen inalcanzables.
Ayer Melilla estuvo presente en el Congreso de los Diputados. Se debatió el asunto de la concertina. Desgraciadamente ese no es el único ni principal problema de nuestra ciudad. Sin embargo, una vez resuelto este tema que tanto interés a despertado en las Cortes, en varias Asambleas autonómicas e incluso en la Eurocámara, no sería de justicia olvidar a este 36,6% de los melillenses que atraviesan por serias dificultades económicas. Ellos merecen, como los inmigrantes, que su situación se trate con seriedad. Por desgracia, ayer nadie se acordó de los primeros en el Congreso de los Diputados y los otros, también por desgracia, caerán en el olvido cuando pierda fuerza el debate de la concertina.
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