El mayor fracaso, no intentarlo

El plazo para presentar ofertas para la adjudicación del tercer concurso del contrato de navegación marítima termina hoy a las 13:00 horas.

Entonces sabremos si nuevamente queda desierto, como en las dos ocasiones anteriores, o si las nuevas condiciones económicas resultan atractivas para las navieras. Hasta ahora, los datos conocidos apuntan a que esta vez sí habrá ofertas. Así se desprende de la información elaborada por el diario SUR, que se distribuyen conjuntamente con El Faro de Melilla. Según publica hoy en su portada, las tres principales compañías navieras que operan en el Mediterráneo con rutas entre el norte de África y la península, han mostrado interés por las condiciones técnicas de los atraques en el puerto de Málaga. Según el presidente de la Autoridad Portuaria de esa ciudad, Paulino Plata, “ha cambiado mucho la perspectiva, de no haber nadie interesado a una posible competencia entre compañías”. Sus palabras las refrenda Jorge Hernández Mollar, el subdelegado del Gobierno en esa provincia andaluza. Poco después de mediodía podremos constatar hasta qué punto son ciertas las impresiones de ambos mandatarios.
Entre tanto, sí han quedado constatados varios hechos. En primer lugar, no hay ninguna duda de que el servicio que viene prestando Trasmediterránea no alcanza el nivel mínimo exigible en un país de la Unión Europea. Las carencias de los barcos de las líneas con Málaga y, sobre todo, con Almería quedaron aún más patentes desde que la naviera canaria Armas comenzó a operar en el enlace con Motril. Ante este hecho constatable por cualquier usuario del transporte marítimo, el mayor reproche que se podría haber hecho al Gobierno de nuestra ciudad hubiera sido conformarse con lo que había hasta ese momento y no tratar de mejorar la calidad del servicio una vez concluido el contrato anterior. Por fortuna para todos los melillenses y para el futuro de nuestra ciudad, no ha sido así.
Cabe la posibilidad que, como en las dos ocasiones anterior, hoy el concurso vuelva a quedar desierto. Hasta minutos después de las 13:00 horas no lo podremos descarta totalmente. Si así ocurre, el Ejecutivo melillense y el Gobierno central sumarán su tercer tropezón, que sólo podrá ser considerado un fracaso total si renuncian definitivamente a mejorar las condiciones del transporte marítimo. En el peor de los casos, habría que volver a ponerse manos a la obra para redactar un cuarto pliego de condiciones, en el que la única cláusula irrenunciable sería la referente a la calidad del servicio, además de fijar unos precios asequibles a la mayoría de los bolsillos de los melillenses. El nivel mínimo lo ha fijado la naviera Armas. Por debajo de esa cota, no hay nada aceptable para una ciudad que quiere hacer del Turismo uno de sus pilares económicos. Para ello, hay que empezar contentando a nuestros visitantes desde el momento que ponen un pie en el barco que les va a traer a Melilla. La travesía hasta nuestra ciudad debe formar parte de su tiempo de ocio. Hoy, ese nivel de calidad sólo lo ofrece Armas en la línea con Motril. Quizás en unos meses los viajes casi tercermundistas a Málaga y a Almería sean historia. Lo sabremos hoy a partir de las 13:00 horas. En cualquier caso, el mayor fracaso hubiera sido conformarnos con lo que había y que aún hay.