La enfermera Esperanza Romero aborda el ciberacoso en las VI Jornadas de Violencia de Género.
Una bofetada, una patada o un empujón son sólo una muestra de la violencia que puede ejercer un hombre sobre la mujer a la que considera su pareja. Los insultos y las vejaciones suelen sumarse a este mal trato con el que se humilla a la víctima. Pero con las nuevas tecnologías están surgiendo otras formas de acoso y de violencia de género. “El móvil es el arma que utiliza el agresor para controlar a la mujer”, aseguró la enfermera y antropóloga Esperanza Romero, que participó ayer en las VI Jornadas Sanitarias sobre Violencia de Género. Romero destacó que a los maltratadores no les hace falta establecer un contacto directo con la víctima para agredirla, pues ahora lo hacen desde el espacio virtual, a través de mensajes o las redes sociales las 24 horas del día.
El Ingesa organiza desde hace seis años este ciclo de charlas con el objetivo de formar a los sanitarios sobre violencia machista. De esta forma, se sensibiliza a un colectivo que tiene la posibilidad de ayudar en la prevención de los malos tratos que sufren muchas mujeres y además, se preparan para poder atenderlas mejor en las consultas médicas o de enfermería. Así lo destacó ayer el director territorial del Ingesa, Francisco Robles, en la inauguración de estas jornadas. También señaló que la formación del personal sanitario es la mejor forma de afrontar una realidad social contra la que hay que luchar. Robles resaltó el trabajo de todos los profesionales del área sanitaria que se implican a la hora de atender a las víctimas de violencia de género.
“Sin contemplaciones”
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, fue el encargado de inaugurar estas jornadas. Indicó que este tipo de charlas son una de las claves de la Estrategia contra la Violencia de Género que ha elaborado el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. El Barkani afirmó que cuanto mayor sea la formación de los sanitarios en estos temas mejor será la asistencia que se realice a las mujeres víctimas de malos tratos de la ciudad. Aseveró que hay que acabar “sin contemplaciones” con la violencia de género, por lo que la implicación de la sociedad es indispensable en esta lucha. Además, señaló que los malos tratos que ejerce un hombre a su pareja no sólo convierten en víctima a la mujer, sino también a sus hijos.
El ciberacoso
Esperanza Romero no sólo es enfermera del centro de salud de Cabrerizas, sino que también coordina la Oficina de Atención al Joven del Ingesa. En esta consulta, en la que ofrece consejo y asesoramiento sanitario a los menores de edad, ha comprobado que los jóvenes melillenses sufren acoso tanto de sus parejas como de su entorno. Destacó que ha tratado casos de violencia de género que muchas chicas no eran capaces de ver. Eran niñas que pensaban que el control de los mensajes de móvil o las amistades que tienen en las redes sociales es una forma de que su pareja les demuestre su amor. Romero asegura que las nuevas tecnologías han supuesto un cambio en la sociedad, aunque no todo lo que han aportado sea positivo, como el ciberacoso.
La enfermera afirma que en Melilla se han tratado casos de hombres de 40 años que han suplantado la personalidad de un joven de 16 años para contactar con niñas de 13. Señala que hay muchas formas de ciberacoso en la actualidad y entre ellas está que adultos como el del caso anterior contacten a través de las redes sociales con menores y los ‘engatusen’ hasta obtener lo que desean, esto es, fotografías o vídeos con contenido sexual con los que chantajearles.
Romero destaca que los padres debe vigilar las horas que dedica su hijo a estar frente al ordenador conectado en Internet o con el móvil. Indicó que pueden sospechar de que algo no va bien cuando el menor deja de comer, no duerme, pasa más horas de lo habitual frente al ordenador o por lo contrario, deja de lado las tecnologías.