Pepe Yáñez, pintor y muralista. La obra del artista sevillano está estrechamente vinculada a su periplo vital, al viaje y a la interacción de su trabajo con el espacio habitado, las artes escénicas y el compromiso socio ambiental, a través de su experiencia en el entorno de comarcas indígenas y barrios periurbanos de diversos países. En el campo del mural participativo, su trabajo se desarrolla en espacios hospitalarios, educativo, vecinal, penitenciario y en la humanización de numerosos espacios públicos y privados. Le acaban de editar un cuaderno de artista que lleva por título Sevilla. Dedicado a ella: "A mi ciudad luminosa, amada, odiada, hermosa, invadida, típica y tópica, altiva y acomplejada. Al enorme ombligo en el que se mira y a su generosa placenta que nos acoge. Y sin embargo te quiero..." A hilo de esta conversación, el artista sevillano nos irá desgranando, frase a frase, el sentido de la dedicatoria.
-Pepe Yáñez. ¿Qué es un cuaderno de artista? ¿Nos podría acercar a su idea de libro de artista?
-Un cuaderno de artista no es tan fácil de definir. Si lo tomamos como un objeto (un libro que se coge y se pasan páginas etc...) es el resultado de una editorial que se adapta a la idea del artista, o editoriales especialistas en este tipo de libro. Los libros de artista, casi siempre, tienen poca tirada y están fabricados de forma artesanal, bien porque es autoedición del artista, o bien porque la edición se hace casi de modo facsímil.
Si lo tomamos como un concepto, estos cuadernos están creados por el artista sin ninguna intervención (sin texto normalmente). En las páginas del cuaderno, el artista anota con cierto criterio, con hilo conductor o no, con orden o desorden, las ideas que le van surgiendo, que, posteriormente, serán aprovechadas para obras que el artista realizará de otro formato o convirtiéndose en una pieza por sí misma.
-Sevilla no es para usted, Pepe Yáñez, una ciudad como otra, es su ciudad. (A mi ciudad...)
-Siempre llevo a mano cuando viajo un cuaderno de viajes y tengo de América, África, las Selvas Amazónicas... y distintas ciudades que, a lo largo de mi vida, he ido recorriendo. Me quedé sorprendido con la propuesta sui generis del editor Pedro Tabernero, que no me pidió editar un libro de viajes lejanos de los tengo sino que me pidió el enfrentarme a un reto: hacerlo de mi propia ciudad.
-Tiene bien guardados (algún día se publicarán) los cuadernos de viaje de lugares lejanos... El libro que nos ocupa, pues se "atrevió" a hacerlo trata de un viaje interior. Un viaje que a modo de catarsis le reconcilia con su pasado.
-La ciudad que me vio nacer me une a lo que soy, mi familia, amigos y lugares que establecemos como las primeras cosas que vivimos. En un momento de mi vida sentí rechazo o ahogo hacia esta ciudad, que tiene una personalidad muy acentuada, con unos clichés sociales muy marcados. Ciudad que dormía en sus inercias, donde de joven sentía que era difícil vivir con otros puntos de mira que yo como artista necesitaba. Tal vez ese hastío era producido por la necesidad de salir de mi espacio vital de siempre y ver otros puntos de mira, otros mundos.
-Usted como todo artista, posee una riqueza interior que tiene que alimentarse...y deja Sevilla.
Tomé la decisión de abandonar mi ciudad y me fui muy joven a Nueva York, y he dado muchas vueltas. Para apreciar lo que tienes hay que ver con tus propios ojos que no es tu lugar el único hermoso en el mundo, que hay otros que lo son del mismo modo y de manera diferente. Creo que lo que a mí me pasó con mi ciudad le puede pasar a otra persona con la suya, sea la que sea.
-Yo también lo pienso. Hay etapas en la vida en las que salir de lo conocido es la mejor salida. Usted viajó a lugares inhóspitos, convivió con indígenas. Siempre con el cuaderno para pintar en mano. Pintar Sevilla, que tiene tan cerca, es un reto, porque no es fácil ver tu propia ciudad como se ven las Selvas Amazónicas. Lo que tenemos pegado a los ojos, muchas veces, no es lo vemos con mayor nitidez. (Hermosa, altiva, acomplejada, amada, odiada, invadida...)
-Cuando se vive en una ciudad no se analizan ciertas cosas y si encuentras una excusa (como la oportunidad de hacer este libro de artista), la miras con otra intención. He revisitado espacios que absorbes como cotidianos y casi ni te das cuenta que existen. El reto ha sido realizar un recorrido vital de la ciudad en la que yo nací, después de haber recorrido muchos sitios, para acabar disfrutándola y padeciéndola al mismo tiempo (como todas las ciudades).
-Revisitarla. Volver a ver lo de siempre habiéndose llenado de otros mundos... Ver con otros ojos, más complacientes, indulgentes. Una mirada cariñosa, no exenta de crítica.
-Vivo ahora mismo en ella como hijo pródigo y hacer este libro de artista de mi ciudad ha sido un trabajo creativo y personal, y divertido. Desde la ironía, desde ese amor de hijo pródigo y desde la crítica (cuando ha tocado), he realizado un viaje interior, hacia mi propia ciudad e intentar descubrir su trayectoria, como ha evolucionado o involucionado, en algunos casos.
-Ha visto su propia ciudad desde otra perspectiva, coloreándola en su cuaderno... ¿Qué técnica ha preferido para expresarse en este viaje interior?
-En el estilo y tratamiento de las ilustraciones bastante desenfadado y, en todo momento, con la espontaneidad con la que hubiera hecho un libro en cualquier otro sitio. Con la inmediatez y la rapidez de los espacios que he dibujado, y de las ideas que quedan plasmadas en el libro. La técnica que he usado ha sido con base de agua que son las más ágiles para lograr trabajar con inmediatez y muy agradecidas a la hora de traducirlas en proyectos editoriales.
Su editor le propuso pintar sobre hojas con gramaje grueso...
-El editor me facilitó un libro de papel artesanal con gramaje muy grueso que, en principio, pensé que no iba a ser adecuado para ilustraciones destinadas a ser impresas. He usado acuarelas, guaches, carbón y acrílicos. Ese gramaje, sin embargo, me ha permitido trabajar con brocha, dibujar encima e insistir en esa espontaneidad que tiene cada ilustración. No me he detenido nunca en el detalle y he preferido dejarme llevar por el trazo hasta conseguir rápidamente plasmar en el papel, la idea que tenía en mi cabeza.
-Sevilla. (Amada y odiada...)
-No es un libro de paisajes ni de monumentos típicos o postales, sino he querido ir un poco más allá. Mi intención era plasmar, a través de las imágenes, las sensaciones y recuerdos que, ahora mismo, me transmite, como la nostalgia del momento en que, siendo muy joven, decidí que esta ciudad no era para un artista en aquel momento. Sevilla es una ciudad que, si no te adaptas a un molde, o, cuando no la entiendes, (las ciudades con mucha historia son víctimas de la huella que han ido dejando a los largo de los siglos) puedes sentir que no encajas. He descubierto, después de conocer otros muchos lugares, que es una ciudad que admite muchas perspectivas. Este libro de viajes de mi propia ciudad es, pues, una especie de reconciliación con mi ciudad.
-Amada y odiada, ocurre en todos los lugares del mundo... Son la cara y cruz de la misma moneda. Para odiar, primero, hay que amar.
-Una ciudad que puede ser admirada desde muchos puntos de vista, pero al mismo tiempo hay veces que de una manera absurda, poblaciones colindantes y tremendamente parecidas pero con intereses distintos proyectan esa rivalidad entre lugares. Esto tiene un punto humorístico y esa ironía la plasmo, ese amor-odio, desde el punto de vista personal y general.
-Hacer este libro de artista ¿Le ha ayudado a entender mejor su ciudad (Altiva y acomplejada)?
-Hace años no la entendía, ahora hasta prefiero no entenderla a esta ciudad cambiante y al mismo tiempo mantenedora de su esencia. Está bien no entender del todo casi nada... Sevilla es una ciudad muy poliédrica y de la que se habla mucho. Tiene una atracción especial, es universalmente conocida, donde se condensan una parte de los tópicos que tienen las personas que no conocen España.
Ciudad con mucha historia y, por lo tanto, ciudad muy criticada y admirada. Criticada y con la misma admiración también, desde dentro, ya que los sevillanos son muy proclives a poner sobre punto de mira cualquier cambio que se haga en su ciudad y, una vez se ha hecho el cambio (arquitectónico o de fiesta) y se ha absorbido, la defiende a muerte. Las polémicas y debates que se desarrolan sobre muchos proyectos se asimilan. Sevilla ¿Es para usted un huerto claro donde madura el limonero? (Luminosa)
Sevilla tiene una luz muy limpia casi todos los días del año, que realza los colores. Es casi mítico y tópico el azul de sus cielos. Esa luz ayuda a que la ciudad se realce. Los mismo habitante de la ciudad se encargan de iluminarla allí donde se encuentren, con la palabra. Una ciudad con mucho poder de autoiluminación.
-La gente viaja para ver una Sevilla que les tiene reservada mucha belleza, olores, y sabores. Se convierte en una ciudad invadida...
-Y esto acarrea problemáticas como el exceso al que se ha llegado con los apartamentos turísticos -en inicio una buena solución de hospedaje que se ha convertido en abuso-, la despersonalización que sufren las ciudades por ese turismo de masas, que han vaciado el centro de sus ciudades para convertirlos en parques temáticos, perdiendo parte de su identidad. Colas interminables, masificación, transformación de espacios que son casi falsificaciones que quieren responder a lo que los turistas esperan encontrar.
-El turista típico busca el tópico y quiere encontrarlo para quedarse satisfecho. Donde el turista busca el tópico usted vive su vida. El conflicto emotivo a flor de piel. (Típica y tópica)
-Recibir a personas de fuera es siempre enriquecedor, pero recibir a personas que viene persiguiendo un guión (que responde a la exageración de ese tipismo que se espera de una ciudad española, hasta llegar al ridículo de una imagen preestablecida), les deja poco margen para conocer la verdadera ciudad. La Sevilla de otra época que se replica para la persona que viene de fuera con el tópico: naranja, torito y flamenca, entorpece la vida de los que la habitan y, además, esos visitantes no conocerán la ciudad en su conjunto, que es muy poliédrica. El visitante con criterio propio, que no se deja llevar por el tipismo (típico y tópico), descubre una ciudad que le sorprende porque ofrece muchas distintas miradas, y se le invita a volver.
-El sevillano de a pie siente que le están robando el alma a su ciudad... (Invadida)
-La cotidianidad de los barrios y la vida de la ciudad se ha puesto al servicio del turismo. Se llega a la pérdida de equilibrio entre la capacidad y vocación de recibir a gente y la especulación. Jóvenes que no encuentran viviendas, el centro desierto por la noche -con horarios que pertenecen a otras costumbres-, en definitiva, se llega a la pérdida de la seña de identidad y lo he querido reflejar en el libro. Era necesario dar una imagen de todo lo que estaba percibiendo en mi ciudad.
-(Al enorme ombligo en el que se mira y a su generosa placenta que nos acoge. Y sin embargo, te quiero...). Ciudad con la que te reconcilias como artista.
-Alguien a quien quieres mucho te da disgustos de vez en cuando... Pero aquí estoy, vivo en Sevilla y vivo Sevilla... no sé si será el sitio donde terminaré, pero he llegado a aceptarla como es. La admiro y critico, pero por mi parte, la quiero. O he acabado queriéndola... después de haber visto otros mundos. Querer algo, al final, es quererlo tal como es, en lo bueno y en lo malo. Y si se sigue ligado a ello, es porque lo bueno permanece.
Yo también he dado mil vueltas, y solo se ama lo que bien conociste.
Libros de ArtistaSevilla. Pepe Yáñez. 2024. Ilustraciones: Pepe Yáñez. Proyecto y dirección gráfica: Pedro Tabernero. Edición: Grupo Pandora. Diseño gráfico: Magos Ferlín. Encuadernación: cartoné. Tamaño: 16,5 x 20,5 cms. Páginas: 88 ISBN: 978-84-126831-2-7.
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