Categorías: Tribunales y Justicia

El juicio entre Ikram Aanan y Nur Hamed queda visto para sentencia

Tras las denuncias cruzadas de ambas por un enfrentamiento sucedido el pasado jueves.

El juicio entre la exsocialista Ikram Aanan y la cepemista Nur Al Ouda Hamed quedó ayer listo para sentencia, tras una intensa sesión a puerta cerrada, por espacio de más de dos horas, en las que la distintas partes pidieron por igual la absolución de sus respectivas representadas y la condena de la parte contraria por presuntas faltas de lesiones e injurias, con multa de 20 días a razón de unos 20 euros por día, según pudo saber este Diario. No obstante, el Ministerio Fiscal sólo pidió la condena de Nur Hamed, mientras que no apoyó la petición añadida de la defensa de Ikram Aanan de que se abrieran diligencias previas contra la cepemista por un presunto delito de obstrucción a la Justicia, en relación al macroproceso en curso sobre fraude electoral en las Generales de 2008, en el que tanto una como otra se encuentran imputadas.
El juicio guarda relación con los hechos acaecidos en la tarde del pasado jueves, cuando ambas se vieron envueltas en un enfrentamiento en plena Avenida, tras el cual se denunciaron mutuamente por agresiones, insultos e injurias.

A puerta cerrada

El juicio, que se inició con presencia de público, acabó a puerta cerrada, a sugerencia de la juez competente y a petición posterior del abogado de Ikram Aanan, que invocó “el respeto al derecho al honor” de su defendida, en contraposición a la opinión del letrado defensor de Nur Hamed, que se mostró partidario de su celebración con presencia de público, en atención al derecho a la información de los ciudadanos y  la “formación de una opinión pública independiente”.
La decisión contó además con el respaldo final del Ministerio Fiscal, que si bien en principio abogó porque la sesión fuera abierta, finalmente se alineó con la defensa de Ikram Aanan y el criterio de la juez, que desde un principio consideró inoportuno que hubiera público en aras a evitar que “la judicialización de la vida política o la politización de la justicia pudiera influir de alguna manera” en lo que calificó como “un juicio de faltas técnicamente pero no en la práctica”.
La juez también intentó previamente negociar con las partes para dictar una sentencia absolutoria, bajo la advertencia de que si se celebraba el juicio sin acuerdo había “muchas posibilidades para las dos de salir condenadas”.
Una propuesta que Nur Hamed aceptó, alegando que ella quería “que todo se quedara en nada” y reconocer que ambas habían tenido “un comportamiento vergonzoso”.
Sin embargo, Aanan no admitió la posibilidad de acuerdo por entender que había sufrido “una gran humillación pública en la prensa”; después que el padre de Nur Hamed, el líder de CpM, Mustafa Aberchán, la acusara de estar “desequilibrada” y viniera a decir que todo lo denunciado por Aanan había sucedido justamente al revés de cómo lo exsocialista lo contó a algunos medios.

Conclusiones

Después de dos horas, durante las que no sólo prestaron declaración las encausadas, sino también dos testigos llamados por el abogado de Aanan y uno por la parte de Nur Hamed, los defensores de ambas partes coincidieron en sus peticiones de absolución para sus representadas y en la solicitud de condena de la contraria.
La juez declaró el caso visto para sentencia, que se espera que se emita el próximo viernes.

La juez Alcázar y el papel de la prensa

 La juez competente en el caso no pasó por alto en ningún momento la presencia de la prensa, en concreto de la que suscribe, como periodista de ‘El Faro de Melilla’, entre el público presente en el juicio. Así, cuando ofreció su propuesta de acuerdo a las partes no dejó de subrayar que posiblemente se trataba de una opción que preferiblemente debía de tratarse sin público para evitar que “luego salgan gilipolleces en la prensa”, porque “todo lo que sale en la prensa –añadió textualmente- son mentiras”.
La magistrada, María José Alcázar Ocaña, añadió que lo decía con todos sus “respetos” para los periodistas presentes, en este caso y en exclusiva la directora de este medio, y consideró a renglón seguido que su petición se formulaba porque “alguien tiene que poner freno a esto”, en alusión tácita a la intensidad de la actual confrontación política en Melilla.
Posteriormente, la juez se dirigió a la periodista y le solicitó disculpas.
Todo el comentario sobre la prensa se produjo en los previos del juicio, antes de que se iniciara el acta y grabación del mismo. De tal modo, el registro oficial de la sesión comenzó con la consideración de si el público debía o no estar presente y la decisión inicial de mantener sólo en la sala a las encausadas.

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