El juez toma declaración hoy a los dos detenidos del crimen de la Alcazaba

Prorroga la detención del joven  arrestado en el lugar de los hechos para escuchar primero al marido de Outmane.

El joven de 20 años detenido en la tarde del martes en las inmediaciones de la cuesta de la Alcazaba, el primer arrestado tras el doble asesinato, pasó ayer a disposición judicial, pero no declaró. El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3, que el día de los hechos estaba de guardia, prorrogó la detención de éste un día más para interrogar hoy en primer lugar al ex marido de Hannan Outmane, la joven de 19 años fallecida de una puñalada. Después de que ambos arrestados declaren ante el juez, éste decidirá si decreta su libertad o la prisión provisional.
Mientras continúan las pesquisas, los investigadores esperan los resultados de las pruebas de ADN de las muestras de sangre recogidas en las manos y ropas del joven de 20 años, con antecedentes de violencia sexual, detenido en el lugar de los hechos. Por el momento, no ha confesado ni ha ofrecido una explicación clara de qué es lo que hacía en la cuesta de la Alcazaba aquella tarde. Lo único que ha dicho a los investigadores es que estaba pescando en la zona, pero no recuerda qué pasó, fundamentalmente, porque estaba ebrio.
De la sangre y cortes que presentaba en las manos, dice habérselas hecho con los útiles de pesca, según fuentes judiciales, por lo que la sangre es suya.  Pero no ha ofrecido más detalles a los investigadores.
El juez ha optado por escuchar primero al ex marido de Outmane, detenido el pasado miércoles, un día después del doble crimen. Éste insiste en que no tiene nada que ver con lo sucedido.
Por ello, el juez prorrogó la detención del joven de 20 años, pues el plazo legal de detención policial, 72 horas, expiraba ayer.

Rematando la investigación
Prácticamente, todas las diligencias están ya realizadas. No obstante, el arma homicida continúa sin aparecer y las autopsias de los cuerpos ya se realizaron entre el miércoles y el jueves. Los resultados de las mismas no ofrece a los investigadores datos relevantes para determinar la autoría del doble asesinato.
La joven presentaba una certera puñalada en el cuello, que acabó con su vida, mientras que el hombre de 30 años y cocinero de profesión, Mohamed Ohadik, tenía cinco cortes por arma blanca en el cuello.
Entre las pertenencias de la víctima había 600 euros que había sacado de un cajero automático momentos antes del fatal desenlace y un anillo. El hecho de que tuviera en su poder todas sus pertenencias ha hecho que los investigadores descarten desde el primer momento el robo como móvil del doble crimen.