Categorías: Tribunales y Justicia

El joven detenido en la Alcazaba queda en libertad con cargos

Oukach Benissou, de 19 años, debe comparecer en el juzgado cada quince días. La sangre y el corte en un dedo le mantienen imputado por el doble asesinato. El joven insiste que se cortó con una lata de atún, pero no sabe qué más pasó el martes.

El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Melilla, Fernando Portillo, decretó ayer la libertad provisional sin fianza para el joven de 19 años Oukach Benissou, quien fue detenido en la tarde del pasado martes como sospechoso del doble crimen sucedido en la ensenada de los Galápagos bajo la Alcazaba. No obstante, el juez, tras tomar declaración al joven, considera que “aún existen indicios bastantes” para mantener su imputación por un doble homicidio, según consta en el auto de liberación al que ha tenido acceso El Faro.
Benissou, de nacionalidad marroquí y sin residencia en Melilla, deberá comparecer en el juzgado cada quince días sopena de ingresar en prisión si no lo hace, advierte el juez en su auto.
Las manchas de sangre y el corte en un dedo que el joven tenía el día de la detención y los numerosos testigos que le vieron en las inmediaciones de la cuesta de la Alcazaba le mantienen como sospechoso del doble homicidio. Por ello, Benissou continúa imputado, al menos, hasta que la autoridad judicial reciba los resultados de las pruebas de ADN que se han encargado. Éstas se están realizando en Sevilla y se enviarán a Melilla en los próximos días. El análisis de la sangre que el joven llevaba en su ropa determinará si ésta procede de la herida en su dedo o es de alguna de las dos víctimas.

La sangre es suya
Benissou sostiene que la sangre que manchó sus ropas, que han quedado a disposición del Juzgado como pruebas, procede de un corte en un dedo que se hizo con una lata de atún. Sufrió una herida de cierta profundidad en el dedo índice de la mano derecha del que emanó mucha sangre. Así explica el joven las manchas en manos y ropa.
Sin embargo, como ya informó El Faro, Benissou no ofrece una explicación clara de lo que ocurrió en la tarde del pasado martes. Especialmente, en lo tocante a qué hacía en la cuesta de la Alcazaba donde varios testigos aseguran haberle visto.
Benissou dice no recordar nada de lo que pasó aquel día. En el momento de la detención estaba bajo los efectos del alcohol. Ello explicaría que no se acuerde qué hizo el día del doble asesinato.
Para el juez Portillo, el hecho de que no explique “a ciencia cierta” qué hacía en el lugar del crimen donde fue detenido “no ayuda a su defensa”.
Además, el juez considera que los indicios existentes apuntan ahora más al otro detenido, es decir, al marido de la fallecida Hannan Outmane, Salah El Kajjoui Mohand, pues el robo no parece ser el móvil del doble asesinato, ya que los fallecidos conservaban todas sus pertenencias en el momento de la muerte.

Ourach Benissou dice que no huyó de la Policía para evitar la detención

Tras recibir el auto de liberación, el joven marroquí de 19 años, Oukach Benissou, salió de los juzgados a las 15:15 horas. A la salida le esperaban su madre y su hermana menor. Éstas se habían desplazado desde Lorca (Murcia) tras conocer la noticia de que Benissou estaba detenido por un doble delito de homicidio. La madre del joven explicó a El Faro que se encontraba en Lorca trabajando, cuando se enteró de la noticia. Llevaba sólo 20 días recogiendo lechugas en los campos murcianos y lo dejó todo para volver a Melilla cuando se enteró de lo sucedido. “Lo he dejado todo sin más. Sin dinero del trabajo ni nada. He venido casi corriendo”, afirma. De hecho, acababa de desembarcar en el puerto e inmediatamente se fue con maletas incluidas a la puerta del juzgado. “Me he llevado un disgusto muy grande. He estado todo el viaje llorando por mi hijo. Él es incapaz de matar”, asegura. El joven, tras salir del juzgado, se fundió en un abrazo con su madre y su hermana. Afirmó a este diario que no huyó de la Policía para evitar ser detenido.  Aunque su madre reconoce que su hijo tiene miedo a los policías. “Antes corría cuando veía un agente, pero le dije que si lo hacía, parecía que era culpable”, explica. El motivo del ‘miedo’ es que el joven no tiene documentación y cada vez que la Policía  le “coge, le expulsa a Marruecos”. La madre de Benissou sí tiene la nacionalidad española, pero su hijo, fruto de un matrimonio anterior nació en Marruecos y no ha podido, aún, tramitar el permiso de residencia para él.

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