El Ingesa instala una estación de aerobiología en el Hospital Comarcal

El Hospital Comarcal ha instalado una estación de aerobiología, que tiene como cometido la obtención de datos sobre la presencia de granos de polen y esporas de hongos en la atmósfera, así como permite conocer las diferentes concentraciones con que se presentan durante las estaciones del año. La información obtenida en este dispositivo receptor del aire permite un estudio posterior de los niveles de polen y esporas de hongos alergénicos en la ciudad.

Sobre el funcionamiento de esta estación de aerobiología habla la facultativa especialista en Alergología del Hospital Comarcal Yamna Maghfour Martín.

-¿En qué consiste una estación de aerobiología?

-La finalidad de una estación de aerobiología es tener conocimiento de la carga alergénica que hay en el aire. Principalmente lo que analiza es el nivel de pólenes y esporas de hongo. Esto es una herramienta muy importante para los alergólogos porque nos permite hacer un diagnóstico más específico y un tratamiento más adecuado. Si un paciente tiene síntomas en un momento determinado, si nosotros sabemos lo que hay en el aire en ese momento, podemos saber cuál es la causa de la reagudización de su clínica y establecer una causa, una etiología. Esta información es fundamental para un correcto tratamiento.

Además, hay una variabilidad bastante importante en cuanto al nivel de polen en las distintas zonas de España. Esta variabilidad geográfica depende de la flora autóctona, climatología, etc. La patología alérgica, sobre todo la respiratoria… aunque la alimentaria también; pero, principalmente, la patología respiratoria depende muchísimo de lo que haya en el ambiente. Un paciente, según la alergia que tenga, no va a estar igual en una zona de interior que en una zona de costa.

A día de hoy, la Red Española de Aerobiología cuenta con 64 estaciones (esta sería la número 65), distribuidas por toda la península, Baleares y Canarias. Hasta hoy no existía esta información en el norte de África. Teniendo en cuenta las diferencias en cuanto a la vegetación, porque tenemos aquí cerca Marruecos, y la climatología, esta información no es extrapolable a los datos que se recogen por ejemplo en Málaga. Por tanto, no podemos hacernos una idea realmente de lo que hay aquí hasta que no lo analicemos. Pienso que es muy importante para el manejo de la patología alérgica disponer de esta herramienta aquí en Melilla.

-¿Cómo funciona?

-Distinguimos dos fases; la primera consiste en captar las partículas alergénicas del ambiente, principalmente pólenes y esporas de hongos, mediante un captador volumétrico -en este caso un Burkard- que tiene una especie de succionador que absorbe el aire a un flujo de diez litros por minuto que es equiparable al funcionamiento del pulmón humano.

Dentro hay una rueda que va girando a una velocidad de un milímetro por hora y hace un giro de 360 grados a lo largo de los siete días de la semana. El alérgeno que es succionado va impactando y quedando impregnado en la rueda. De esta forma podemos saber en cada franja horaria el grano de polen y espora de hongo que hay en el aire.

Cada siete días se recoge la muestra de la rueda en la que queda impregnado el alérgeno y aquí viene la segunda fase, que es la del análisis. Primero hay que teñir la muestra y luego se identifica y se hace un recuento del grano de polen y espora de hongo al microscopio. Esto lo hacemos en la mayoría de los casos los alergólogos. En otros casos se manda la muestra a la Universidad y allí se analiza, pero como aquí no tenemos esta posibilidad, el análisis lo voy a hacer yo. Los datos obtenidos se suben a una página web perteneciente al Comité de Aerobiología de   la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, que es la página www.polenes.com. Tanto profesionales como pacientes, pueden disponer de esta información. Los profesionales para el diagnóstico y los pacientes para saber cuándo tienen que tomar medicación, cuándo pueden empeorar, a la hora organizar viajes… y de esta forma poder prevenir posibles agudizaciones asmáticas y de sus síntomas nasooculares.

-Cuando se cierre el primer ciclo anual se podrá analizar la estacionalidad…

-Exacto. También tiene un cierto interés en investigación, porque estos datos nos permiten conocer hacia dónde van las corrientes de aire en el norte de África. Estos pólenes alergénicos, que tienen características anemófilas, tienen alta capacidad aerovagante y de dispersión, pudiendo llegar a desplazarse hasta 100 kilómetros a la redonda. Hay hipótesis de que aquí a Melilla puede llegar polen de Málaga o incluso de Jaén. Y, por supuesto, con esto podemos conocer lo que tenemos en el norte de Marruecos. Sabemos que hay zonas extensas de olivos y aquí los pacientes lo dicen: “es que cuando voy a Farhana y tengo síntomas, cuando llega el viento de poniente en primavera me pongo fatal”. Y la mayoría está sensibilizada al polen de olivo, o sea, que podemos intuir que quizás a Melilla llegue algo de este polen de Marruecos. Son 100 kilómetros lo que puede recorrer este polen, no nos podemos fiar de lo que tenemos aquí cerca, tenemos que ver qué hay más allá. Por tanto, la estación de aerobiología permite estudiar las corrientes de aire y la estacionalidad de la polinización a lo largo del año.

Es importante destacar que los datos obtenidos, con unos días de demora, proporcionan una información muy importante a la que se puede acceder de forma libre en la web pública www.polenes.com.