El infierno son los otros

Mustafa Aberchán, líder de Coalición por Melilla, principal partido de la oposición en nuestra ciudad, ve una o varias manos negras detrás de la inadmisión de la candidatura de CpM a las autonómicas del próximo 26 de mayo por incumplir lo que marca la Ley de Paridad.

Ayer, visiblemente contrariado, repartió estopa en la sede de su partido. En cuestión de minutos cogieron hostias amigos y enemigos ausentes. Todos, menos la persona que elaboró una lista que tenía que cumplir con lo que marca la normativa electoral española desde el año 2007.

CpM no es nuevo en las citas con las urnas y si hoy estamos muchos melillenses preocupados por lo que pueda pasar en esta ciudad se lo debemos a ciencia cierta a una chapuza monumental que, de momento, no lleva la firma de nadie.

Mustafa Aberchán tiene motivos de sobra para estar enfadado. Que la concurrencia de CpM a los comicios de finales de mes dependa de un recurso contencioso administrativo, tal y como decidió ayer la Junta Electoral de Zona, no es buena noticia para Melilla ni, por supuesto, para CpM.

Ayer ya ardían las redes sociales. Los vídeos de ciudadanos exaltados mostrando su malestar por lo que consideran que es una zancadilla a los cepemistas salida del entorno del PP nos da una idea de por dónde pueden ir los tiros.

No sé si en la inadmisión de la candidatura de CpM a las autonómicas hay o deja de haber una mano negra. El propio Aberchán reconoce que a partir del número 16 de su lista en adelante no se cumple con la Ley de Paridad, que exige el equilibrio entre hombres y mujeres. Esto significa que en cada tramo de cinco candidatos cada uno de los sexos debe estar representado al menos en un 40%.

No es que CpM no tenga una lista paritaria. Según Aberchán, lleva a trece mujeres en su candidatura. No estamos hablando de discriminación. El problema es que los nombres no están organizados según las exigencias de la Ley que marca el orden en que deben presentarse en las elecciones de este país. No es una normativa hecha para joder a CpM. Podría seguramente ser mejor, pero es la que tenemos y todos los que se presentan cumplen con ella.

Yo tengo la esperanza de que finalmente prospere el recurso de CpM y el partido de Aberchán pueda acudir a las urnas el 26 de mayo. Pero hasta que eso ocurra, se cargará tanto el ambiente que podría llegar a ser irrespirable.

Particularmente, no soporto el victimismo ni creo en la alineación de las estrellas para que el mal se presente al doblar de cada esquina. Se puede meter la pata por incapacidad, pero es imperdonable que se meta por despiste o por no estar en lo que hay que estar.

No creo que sacar a los simpatizantes y afiliados de CpM a la calle sea bueno para esta ciudad cuando lo que deberían es pedir disculpas a sus votantes y apelar a todos los resquicios legales habidos y por haber para que la opción de CpM esté el 26 en las papeletas.

La movilización podría despertar todos los fantasmas. Lo sabemos. Coalición por Melilla no está hoy en la situación en la que se encuentra porque desde el PSOE, con quien Aberchán mantiene buenas relaciones, no le avisaron de que la había cagado con la lista.

Coalición por Melilla está pasando por este mal trago porque las cosas no se hicieron bien en el partido. No es de recibo que el infierno sean los otros; que la culpa de todo la tengan los socialistas o una funcionaria de los Juzgados que le dio el Ok a los cambios que hizo CpM después de un ultimátum de 48 h para corregir el error.

Lo veo así y así lo defiendo. Pero también creo que la Junta Electoral de Zona no sólo debe ser imparcial: también debe parecerlo.

Es importante que los melillenses sepan que estamos como estamos en primer lugar porque CpM no hizo bien su lista. Luego le podemos añadir (o no) otras causas.

Cuando se tienen tantos ojos encima y tantos frentes abiertos el lujo de tropezar y de cometer errores de principiante puede dejarnos sin margen de maniobra. Hay rebalones que matan.