La Policía asegura en que el procesado utilizó la documentación de su hermano para embarcar. La defensa afirma que su cliente no pretendía viajar, por lo que pudo producirse un malentendido.
El Juzgado de lo Penal 2 celebró ayer el juicio contra un hombre de nacionalidad marroquí, de iniciales, A.H., por un delito de falsedad documental. Según la Policía, éste intentó embarcar en el buque que enlaza Melilla con Motril utilizando el pasaporte de su hermano, quien también estaba en la Estación Marítima en esos momentos. Sin embargo, el hermano en cuestión declaró ayer que en ningún momento entregó al acusado su pasaporte para que éste viajara a la península. Además, el procesado cuenta con su propio pasaporte marroquí.
Al parecer lo ocurrido en la tarde del pasado 27 de septiembre de 2013 se debió a un malentendido. El abogado defensor sostuvo que su cliente no tenía la intención de viajar a la península. Únicamente acompañaba a sus dos hermanos, el otro era el conductor del vehículo en el que viajaban, que se disponían a volver a Barcelona con el hijo menor de uno de ellos, donde residen.
La versión de los agentes de la Policía Nacional es bien distinta. Los tres policías intervinientes en la detención de los tres hermanos declararon que el conductor les entregó la documentación de dos adultos y un menor. Al percatarse de que el pasaporte de uno de ellos no correspondía a la persona que viajaba como copiloto, procedieron a la detención de éste. El detenido aseguró, según la versión de la Policía, que el pasaporte sí era suyo. Lo que después negaron los hermanos del joven procesado.
El titular del pasaporte, que estaba en las inmediaciones del control policial, vio que a sus dos hermanos los estaban deteniendo y su hijo estaba llorando, por lo que corrió al lugar. Siempre según la declaración de los policías, el tercer hermano les reconoció finalmente que le había dado su documentación al procesado para que éste viajara a la península.
La Fiscalía reiteró su petición de una sentencia condenatoria, frente a la absolución que solicita la defensa. El caso quedó visto para sentencia.
La barrera idiomática entre Policía y detenido
Frente a la versión de los hechos de la Policía Nacional, los dos hermanos del acusado declararon, desde Barcelona, todo lo contrario. Mantienen que todo se debe a una confusión. Por una parte, reconocieron que el procesado no habla bien español y, dado que los policías no hablan árabe, se produjo un malentendido, indicó el abogado defensor. Por otra parte, su cliente únicamente estaba acompañando a sus dos hermanos al puerto para despedirse de ellos, sin intención alguna de embarcar en el buque con destino a Motril. El letrado explicó que en el puerto de Nador es habitual que los familiares de los viajeros les acompañen hasta la puerta de embarque del barco antes de despedirse e iniciar el viaje. Dado que era la primera vez que su cliente visitaba el puerto de Melilla, el acusado desconocía que en el control policial de embarque, los familiares ya no pueden permanecer en el vehículo con los viajeros a bordo.