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El helado de yogur se cuela en las tarrinas de los melillenses

l Los jóvenes son los que más se atreven a probar los sabores nuevos.

La vainilla, el turrón o la nata con nueces son los sabores clásicos de los helados. Son los que prefieren las personas mayores de la ciudad. Los que más innovan son los jóvenes y los niños de Melilla. Ellos miran y remiran los escaparates de las heladerías de la ciudad buscando los sabores más llamativos. Los colores azul y rosa son los que eligen muchos de los pequeños porque saben a golosina y fresa. El chocolate es otro de los grandes clásicos que se puede tomar en tarrina o cucurucho con diferentes toques, que si helado de ‘Huesito’, ‘Conguitos’, ‘Brownie’ o ‘Ferrero Rocher’. Pero sin duda una de las grandes novedades de este año en los mostradores de las heladerías tradicionales de la ciudad es el helado de yogur. En muchas ciudades las ventas de yogur helado están superando a la de los clásicos cremosos porque la gente cree que son productos más sanos, aunque luego en esas tarrinas acaben añadiendo chocolate, mermeladas o gominolas.
En la heladería más antigua de la ciudad, cuenta con 101 años, ofrecen helado de yogur solo, con mango o papaya y maracuyá. Son productos de la demanda de los melillenses que también desean tomar un producto helado con menos calorías y azúcar para cuidar la línea y que los michelines no sobresalgan del bañador.
El artesano que está detrás de este emblemático espacio dedicado a los helados, Sergio Payá, aseguró a El Faro que los helados de yogur tienen menos azúcar que los otros, así que son una buena opción para los que miren por no tomar ni una caloría demás.
En este lugar se ofrecen todas las semanas sabores nuevos. Afirmó que algunos clientes siempre piden el mismo sabor de helado, pero les dan a probar los nuevos para que les pique la curiosidad y abran su paladar a nuevos ‘dulces congelados’.
Queso con membrillo, tocino de cielo, suflé o avellana con chocolate blanco y chocolate negro son los nuevos en incorporarse a este mostrador en el que hay más de 60 sabores para elegir.

Las alergias alimenticias
Pero la demanda del mercado no sólo ha traído el helado de yogur a este lugar, sino otros productos aptos para personas alérgicas a determinados componentes de los alimentos.
Los que llevan más tiempo en las  neveras de esta heladería son los que no tienen azúcar. Personas mayores y diabéticos son el público que demanda estos helados.
También están los sabores de frutas, como el de limón, fresa, mora, naranja o mandarina, que al no llevar leche pueden ser consumidos por los alérgicos a la lactosa. Además, se hacen helados sin gluten, que son envasados directamente para evitar que puedan contaminarse de otros en el local.
Son las exigencias de los consumidores, que cada vez piden no sólo una mejor calidad de los productos artesanales, sino que se adapten a sus necesidades.

Lo artesanal es mejor
Payá explicó que lo bueno de hacer el helado de forma artesanal es que se va elaborando poco a poco. Los que no tienen mucho tirón con el público se dejan de hacer y el resto, se va renovando cada poco tiempo, pues no suelen elaborar grandes cantidades. Las bandejas de helados que están en los mostradores son de entre siete y ocho litros así que el producto no pierde la cremosidad ni su sabor.
Otra de las ventajas de tomar este alimento fabricado de forma artesanal es que se puede consultar al heladero directamente sobre las características de estos productos y pedirle consejo si se tiene alguna alergia alimentaria.
Un helado es un alimento que aporta nutrientes y calcio y además, ayuda a refrescar el cuerpo del calor intenso del verano. Si es artesanal, se trata de un producto más adecuado para la dieta de una persona que los que se pueden comprar en los supermercados, ya que tiene menos grasas saturadas y aditivos. No obstante, habrá que vigilar que la pasión por el ‘dulce’ helado no altere los hábitos de alimentación y se incluya como un elemento más del menú diario.

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