Editorial

El Gordo pasa de largo por Melilla otra vez

La ilusión siempre es la misma. Cada año, los melillenses compran su décimo del sorteo extraordinario de Navidad con la esperanza de coger “un pellizco” que les ayude a tapar agujeros o darse algunos caprichos. Y cada año, el Gordo pasa de largo para dejar su lluvia de millones en otros muchos puntos del territorio nacional y un sentimiento de desilusión en nuestra ciudad, que jamás nunca ha merecido ser tocada por la varita mágica de la suerte en esta lotería. Aquí somos de los de “al menos tenemos salud”, que es el consuelo que queda mientras vemos en la televisión cómo festejan los más afortunados.

En esta ocasión al menos se vendió en la ciudad un quinto premio (60.000 euros) con lo cual nos agarraremos a eso de que menos da una piedra y nos alegramos por todas aquellas personas que compraron en su día el número afortunado.

Quien más y quien menos, la inmensa mayoría de los melillenses llevaba algún cupón o participación para ese sorteo. Ya sea comprado en la administración o como forma de colaborar con todos los partidos políticos y organizaciones sociales que ponen a la venta el número escogido para la ocasión, es raro aquel que no tenía en su mano el décimo deseando oír su número en la voz de los niños de San Ildefonso que cantan las bolas en el Teatro Real de Madrid.

Por cierto que algún melillense se encontraba en el patio de butacas para presenciar en directo el sorteo. En la retransmisión en directo de la Cadena COPE, entrevistaron a una pareja que había llegado la tarde antes en avión a la capital y desde las 18.30 horas hicieron cola ante el Teatro Real para poder coger un buen sitio ayer viernes y asistir en primera fila al mágico momento de cada 22 de diciembre.

Este sorteo es el auténtico preámbulo de la Navidad y se vive con mucha intensidad en toda España. Hoy es la jornada de las últimas compras, esas que se hacen aprisa y corriendo porque normalmente son fruto de un olvido o de una necesidad imprevista. Ya están pensados los menús de Nochebuena y Navidad, los regalitos de Papá Noel bien guardados y solo queda esperar a la llegada del 24 para la gran celebración, casi siempre con la familia, como manda la tradición, alrededor de una mesa especial, decorada con esmero para que todos los detalles estén listos de cara a la fiesta.

Mañana por la noche las calles estarán vacías y no podemos olvidar que habrá personas velando por nuestra seguridad (militares, policías nacionales, policías locales, guardias civiles, vigilantes…) y nuestra salud (médicos, enfermeras, auxiliares, celadores…). A todos ellos, sin excepción, nuestro agradecimiento por adelantado y nuestro reconocimiento porque hacen con su trabajo que nos sintamos mejor.

 

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