Responde así a una pregunta del Grupo Socialista y añade que está trabajando para “mejorar la equidad y calidad” de este programa
“El Gobierno no tiene previsto eliminar el programa de detección precoz de cáncer de cuello uterino (también llamado cérvix)”. Así de tajante respondió el Ejecutivo de Mariano Rajoy a una pregunta formulada por el Grupo Socialista, a través del diputado José Martínez Olmos, quien planteaba la posibilidad de que el Gobierno tuvieran en mente eliminarla del programa de vacunación.
En la respuesta, el Ejecutivo aclara que está “preocupado” porque todos los programas de detección precoz se realicen con la máxima calidad a nivel estatal y asegura que precisamente para alcanzar ese objetivo “se está trabajando para mejorar la equidad y la calidad de este programa de prevención en todo el Sistema Nacional de Salud (SNS)”, eso sí, “en consonancia con las recomendaciones de la Estrategia en Cáncer del SNS”.
Para ello, se ha creado un grupo de expertos sobre cribado de cáncer coordinado por la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación y la Dirección General de la Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia. Éste estará formado por profesionales designados por las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, con participación de las sociedades científicas implicadas y de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías y Prestaciones del SNS.
Otro de los propósitos del Gobierno central es incluir en la cartera común básica de servicios la periodicidad, la edad y el tipo de prueba para la detección precoz de cáncer de cérvix.
En Melilla, desde 2008
Asimismo, el Gobierno responde que tampoco está previsto realizar ninguna modificación en los criterios de aplicación del programa de esta vacuna y que se va a seguir manteniendo en todas las Comunidades Autónomas y también en las dos Ciudades Autónomas.
Concretamente, en Melilla se viene administrando desde 2008. En ese año, se aplicó a todas las niñas nacidas en 1994 que tuvieran el consentimiento expreso de sus padres o tutores.
En ese primer ejercicio el número de menores rondó las 500, cifra que ha estado fluctuando entre los 400 y 500 durante los años posteriores. En 2009 se aplicó a las niñas nacidas en 1995, en 2010 a las de 1996, en 2011 a las de 1997 y así sucesivamente.
La vacuna consiste en tres dosis que se administran en otras tantas sesiones a las menores, en períodos de seis meses.
Además, la vacuna en Melilla se administra de forma gratuita, al hacerse cargo de sus costes la Ciudad Autónoma. En 2011, por ejemplo, la inversión del Gobierno Imbroda para sufragar esta vacuna alcanzó los 105.000 euros.
Entre 2011-12, el 42,16% de las melillenses se hizo una citología
El 42,16% de las mujeres melillenses de 15 o más años han declarado haberse realizado una citología durante el período 2011-2012, según los datos correspondientes a la Encuesta Nacional de Salud y que aporta en su respuesta el Gobierno de España.
Este porcentaje supone un descenso respecto a los datos de 2006. Entonces, la encuesta se realizó entre mujeres de 20 años o más y declaraban que se habían realizado una citología un 55,31%.
Respecto a los datos de mortalidad que aporta el Gobierno, con una tasa ajustada a 100.000 habitantes y para los casos de cáncer de cérvix, Melilla tiene en 2011 un porcentaje de 7,03%, algo inferior al de 2002 (8,12%), primer año del que se aporta información.
El ejercicio 2004 es el que marca una tasa más elevada, concretamente del 15,69%; mientras que la más baja (1,61%) se corresponde al año 2005.
El resto de los años se mueven en una franja de 6,14% el más bajo (2010), al 11,91% el más alto (2009).
La AECC defiende la aplicación de vacuna para el cáncer de cérvix
Desde la Asociación Española Contra el Cáncer se apuesta por la vacuna contra el cáncer de cérvix. Según explica la entidad en su página web, este tipo de cáncer es el segundo más frecuente entre las mujeres, con aproximadamente 500.000 nuevos casos al año en todo el mundo.
Aclara que la vacuna protege a una persona de la infección futura por los tipos de alto riesgo de HPV que pueden conducir al cáncer y que no es una vacuna contra el cáncer en sí mismo.
Los profesionales de atención médica inyectan estas partículas similares a los virus en el tejido muscular. Una vez dentro de la persona, estas partículas activan una respuesta inmune fuerte, de tal manera que el cuerpo de la persona vacunada elabora y acumula anticuerpos que pueden reconocer y atacar a la proteína L1 en la superficie de los virus HPV.
Precisa sin embargo la AECC que, después de la vacunación, una mujer aún debe realizarse las pruebas de Papanicolaou de rutina u otra prueba aprobada de detección del cáncer cervical.