Gutiérrez considera que ya lo merecía y confía en que el consenso del Pleno de la Asamblea para su aprobación definitiva. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, podría ser nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad Autónoma, si el Pleno de la Asamblea aprueba la propuesta realizada por el Gobierno de Melilla, a iniciativa de su presidente, Juan José Imbroda.
Según anunció ayer en rueda de prensa la titular de la Consejería de Cultura, Simi Chocrón, la propuesta ya ha iniciado sus trámites y en esta primera fase, la del estudio de la petición por parte de la Comisión Permanente de Educación y Cultura –la encargada de despachar todas las iniciativa relacionadas con el Reglamento para la Concesión de Honores y Distinciones de la Ciudad–, ha recibido el apoyo del Partido Popular y de Populares en Libertad.
En este mismo sentido se manifestó ayer en declaraciones a El Faro el diputado del PP por Melilla, Antonio Gutiérrez, quien definió al ministro como una persona “moderada, ecuánime y defensora de los intereses de Melilla y por tanto de España”. También comentó que es una distinción que “ya merecía, por sus antecedentes familiares muy ilustres, por la labor que hizo y la que ahora hace, con independencia a la vinculación que tiene con la ciudad”.
Por todo ello, deseó que la propuesta goce del consenso de todos los grupos parlamentarios durante su aprobación en el Pleno.
Por su parte, el PP argumentó su propuesta, entre otras cosas, por la estrecha relación que García-Margallo guarda con la ciudad, ya que fue diputado por Melilla con la UCD, en la I Legislatura democrática, entre 1979 y 1982.
Según recoge el texto de la propuesta, “como diputado mantuvo y ejerció un intenso trabajo en las Cortes en defensa de los intereses de Melilla, trabajo que también realizaba en la cercanía a los ciudadanos melillenses, ante las demandas que éstos le hacían sobre diversas problemáticas”.
Y como ejemplo, se recuerda su “decisiva intervención” para que en la Constitución Española se incluyera la Disposición Transitoria 5ª, que contempla específicamente la posibilidad de que la ciudad de Melilla se convirtiera en Comunidad Autónoma.
Del mismo modo se aporta como argumento a esta propuesta su defensa de los intereses de Melilla “con firmeza, conocimiento y cariño, algo que siempre hizo a lo largo de su vida”, ante diversos foros e instancias.
En este sentido, en el texto presentado a la Comisión Permanente se recuerda que buena parte de estas ideas y propuestas que el actual ministro de Exteriores defendió en su época están reflejadas en la publicación ‘Melilla, ayer, hoy y mañana’.
“Transmisión a nuestro aliados y a nuestros adversarios de nuestro firme deseo de defender nuestros derechos y respetar los principios constitucionales”, defendía García Margallo en 1979.
También de ese año son suyas frases como “creación de órganos de autogobierno propios que deban ser consultados sobre cualquier decisión que afecte al futuro de nuestra ciudad”; o “equiparación a los residentes sin discriminación alguna, no sólo por razones políticas, sino sobre todo, por razones estrictas de justicia”.
Defendió asimismo el establecimiento de un “marco legal suficiente para el desarrollo económico estable y ordenado, ofreciéndose garantías estatales a las inversiones realizadas”.
Junto a estos hechos del pasado se suman los actuales, pues en su cargo como ministro de Exteriores, unas de sus primeras medidas fue la designación de un diplomático de la legación española ante Bruselas, que a modo de delegado de Melilla actúe en defensa de los intereses de la ciudad.
También se ha comprometido a que a Melilla le sean reconocidas sus singulares desventajas geográficas para que se pueda beneficiar especialmente con fondos añadidos a los que le correspondan en el próximo programa que comienza en 2014.
Otro aspectos que hacen merecedor a García Margallo de este título, según la propuesta del PP, es el valor que otorga a las características culturales de la ciudad y que “hacen enormemente atractiva a Melilla”, o la defensa de sus singularidades, como por ejemplo que las ciudades autónomas “son las fronteras desde el punto de vista migratorio”, de manera que al ayudarlas se logra que haya una “migración ordenada, porque sin control no hay integración de los inmigrantes”.
Por último, se recuerda el interés que ha mostrado por el proyecto de ampliación del Puerto o los vínculos familiares con la historia de Melilla, ya que su bisabuelo, Juan García-Margallo, fue héroe y víctima en la guerra del 1893-1894, y al que la Ciudad le dedicó una de sus calles principales.
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