El Gobierno de Pedro Sánchez debe unos 30.000 euros a cada gasolinera de Melilla, según explicó este lunes a El Faro Pedro Martínez, presidente del sector de las Estaciones de Servicio en la ciudad.
Eso significa que las gasolineras de Melilla han adelantado al Ejecutivo el importe correspondiente a la subvención de 0,20 euros por litro de combustible del mes de julio y agosto sin recibir la compensación del Estado.
"Están parados los pagos desde el mes de julio y ya tenemos que liquidar el mes de agosto", añade el presidente de la asociación que representa a las 13 gasolineras de la ciudad.
Martínez, en representación del sector, se ha puesto en contacto con Hacienda y le han dicho que el atraso, que abre un hueco en las cuentas de los negocios privados, se debe a "las vacaciones".
A él le ha sorprendido el parón en el abono de la ayuda porque normalmente les apremian para que presenten todos los papeles antes del día 10 de cada mes y, de esta forma, poder cobrar.
La subvención de 0,20 euros por litro de gasolina entró en vigor el 1 de abril de este año acompañado de la polémica porque las estaciones de servicio tienen que adelantar el dinero al Gobierno, en un año de escalada de la inflación y descenso generalizado del consumo en todo el país.
El empresario local que no recibe el pago tiene que seguir poniendo de su bolsillo el dinero que tiene que abonar el Gobierno, una situación insostenible, que pone en peligro la estabilidad de un sector que da trabajo a 50 personas en Melilla.
Respecto al comportamiento del consumo durante la Operación Paso del Estrecho (OPE), el presidente de las gasolineras de la ciudad lamenta que solo lo hayan notado las estaciones de servicio que están en el trayecto entre el puerto y la frontera.
"Ha sido, como era de esperar, solo para las gasolineras de paso, que han notado un incremento de las ventas de entre el 20 y el 25%".
Sin embargo, ha bajado el consumo de la población de Melilla que "se ha quedado vacía" este verano. "Llenan el depósito antes de irse de vacaciones a la península, pero si pasan 20 días fuera, son 20 días que no tenemos clientes en la ciudad", recalca.
"Ha sido muy significativa la bajada del consumo de la población", añade Martínez, que pese a gestionar dos gasolineras de Melilla aún no sabe a qué se debe la fluctuación de los precios del combustible.
"Para nosotros es totalmente incromprensible. Recibimos el precio que fijan las compañías para vendérnoslo a nosotros, pero no sabemos por que varía", insiste.
A modo de conclusión, Martínez asegura que el verano "ha sido bueno para algunas estaciones de servicio de la ciudad y malo para otras". El problema para el sector no es la cuesta de septiembre sino el mes de octubre que suele ser el peor de cada año.
A eso hay que sumarle que venimos de dos años malos de pandemia aunque Pedro Martínez considera que este año 2022 ha estado "muy justo" comparado con 2021.
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