El Gimnástico se hace con el derbi merecidamente.

La deportividad primó en un duelo intenso e igualado que tuvo pocas ocasiones de gol.

Rusadir y Gimnástico disputaron en la tarde de ayer un partido de máxima rivalidad en que primó la deportividad a pesar de la intensidad con la que ambos contendientes afrontaron el duelo.
El partido no fue bueno en cuanto al juego desplegado por estudiantiles y gimnastas pero sí emocionante por la incertidumbre en el marcador ya que hasta pasado el ecuador de la segunda parte no se deshizo el empate inicial.
La expectación que había levantado el derbi se tradujo en una magnífica entrada en el Federativo de La Espiguera cuyas gradas presentaron un aspecto inmejorable.
El encuentro comenzó con un equipo, el Rusadir, lanzado en busca de un gol tempranero que no llegó gracias a dos grandes intervenciones de Carlos que abortó otras tantas ocasiones rojinegreas.
Así en el minuto seis de juego Sala estuvo apunto de aprovechar un error defensivo de la zaga aurinegra pero su disparo a puerta vacía lo interceptó Carlos enviando el balón a córner. Al saque de éste, y tras varios rechaces, la pelota cae a los pies de Gani que enganchó un impresionante zapatazo al que Carlos respondió con otra gran parada desviando el cuero a saque de esquina.
Hubo que esperar al minuto 20 para ver un nuevo disparo a puerta obra del estudiantil Quino pero el cuero golpeó en el travesaño tras tocarlo Carlos.
Conforme pasaba el tiempo los de Fernando Vico y Chupa, que ayer cumplía su segundo partido de sanción, fueron quitándose de encima el acoso rojinegro y las fuerzas se equilibraron sobre el terreno de juego.
Tan sólo un disparo de Jose Pedro al saque de un libre directo que salió desviado fue el bagaje ofensivo del cuadro gimnasta en el primer periodo que acabó con empate a cero en el marcador.
El segundo acto tuvo un cariz diferente.
El gimnástico salió decidido a adueñarse del balón y suya fue la iniciativa en el juego.
El Rusadir, que no dio nunca un balón por perdido, intentaba sorprender a su rival con rápidos contragolpes pero la defensa amarilla rayó a una gran altura y se impuso en todo momento a los atacantes estudiantiles.
A pesar de ello la lucha resultaba titánica en la zona ancha del campo y el crono avanzaba sin apenas contratiempos en ninguna de las dos áreas.
Jose Pedro lo intentó desde lejos a balón parado pero Bilal desvió a córner en el minuto 63.
Más tarde, en el 72, Ali se hizo con un balón en la línea de medios local, se zafó de su marcador y penetró en el área salvando también la salida de Bilal que llegó a tocar la pelota pero el el delantero gimnasta, muy escorado y sin apenas ángulo, conectó un disparo con el empeine interior que se alojó en el fondo de las mallas rojinegras ante la desesperación de los de Torreblanca y Laarbi y originando el delirio en las filas visitantes. Era el 0-1 que desnivelaba la contienda a favor del cuadro gimnasta.
El gol avivó la tensión contenida y por momentos parecía que el derbi iba a tomar otros derroteros, cosa que afortunadamente no ocurrió.
El Rusadir no se vino abajo e intentó aproximarse al área amarilla pero sus intenciones yacían en las proximidades de ésta. Aún así Gani estuvo apunto de conseguir el empate pero su remate de cabeza salió desviado.
Con los locales volcados en busca de la igualada se produce un desajuste defensivo rojinegro con fallo incluido del portero que Moha no desaprovechó para establecer en el 90 de partido el 0-2 definitivo.