El meta Carlos y el lateral Bilel fueron expulsados en la segunda mitad
El Gimnástico Melilla sacó un importante punto de su visita a la cancha del Ciudad de Vícar. Los melillenses lucharon contra viento y marea, ya que tras ir por delante en el marcador en la primera mitad el colegiado se dedicó durante todo el segundo periodo a ‘bombardear’ al equipo amarillo, con faltas, fueras de juego y expulsiones.
El primer tiempo comenzó con un equipo melillense muy metido en el choque y llevando la iniciativa en el juego. Una buena internada de los amarillos por banda derecha hace que la defensa almeriense tenga que derribar de manera clara a Braim dentro del área. El propio jugador fue el encargado de llevar el 0-1 en el electrónico a los 22 minutos de juego.
El equipo de Chupa siguió con el control del juego y creando ocasiones para marcar, ante un conjunto local que no se acercaba a la meta defendida por Carlos. Con el 0-1 se llegó al final de los primeros 45 minutos de partido.
En la segunda parte las cosas cambiaron por completo. Ya en el túnel de vestuarios un jugador gimnasta recibió un ‘puñetazo’ de un rival. Los melillenses salieron amedrentados al terreno de juego y el colegiado se encargó de ‘matar’ el partido. En el minuto 60, Gerardo Gómez, el trencilla de turno señaló un penalti inexistente que el equipo almeriense no fue capaz de trasformar. El chique entró en una fase de indefensión para el equipo melillense que nada podía hacer para evitar el empate y así fue, tras la expulsión de Bilel por doble cartulina amarilla en el minuto 76, y la tarjera roja directa mostrada al meta Carlos, por un presunto penalti en el 89, el Ciudad de Vícar logró empatar desde el punto fatídico, 1-1 con gol de Chalton. Sin tiempo para mucho más y con convencimiento de la labor bien hecha el colegiado dio por finalizado el ‘partido’. Al final un empate para el equipo melillense que se marcha de Almería con un sabor agridulce.