-
El abogado del marido de la fallecida dice que sin ellas este especialista no puede determinar la causa de la muerte
-
La familia decide hoy si solicitar a la juez una segunda autopsia por un forense privado
El abogado de la familia de la mujer que falleció el domingo tras someterse a una cesárea, Ignacio Gavilán, aseguró ayer a El Faro que el forense que está realizando la autopsia judicial comunicó a la juez que no podía determinar las causas de la muerte de esta paciente. Según Gavilán, el forense ha solicitado que el hospital le envíe las muestras que cogieron los patólogos del Comarcal, cuando se le practicaba la autopsia clínica. Una vez que cuente con todas estas muestras de diferentes órganos y de la sangre este especialista podrá establecer por qué murió esta mujer, añadió el abogado.
Asimismo, comentó que el forense ha indicado a la juez que por su parte se puede proceder al entierro. La familia de Touria, esta mujer de 35 años, está sopesando si solicitar a la juez el permiso para hacer una segunda autopsia por parte de un forense privado que traerían desde la península y cuyos gastos abonarían ellos. Será hoy cuando tomen esta decisión, añadió.
Las muestras
El abogado del marido explicó que si el hospital hubiera llevado el caso de Touria directamente al juzgado, al tratarse, desde su punto de vista, de una “muerte violenta”, no sería necesario pedir ahora las muestras que tomaron los patólogos.
Comentó que si se hubiera puesto en conocimiento del juez de guardia, éste habría avisado al forense para que procediera al levantamiento del cadáver, hiciera el traslado al Instituto Anatómico Forense de Melilla y hubiera practicado de forma directa la autopsia judicial.
Sin embargo, lamentó que, al no dar aviso a los tribunales, el hospital comenzara la autopsia clínica del paciente. Gavilán indicó que la familia solicitó esa autopsia para obtener respuestas de por qué murió Touria. Pero el abogado señaló que este centro hospitalario está implicado en el caso y esas pruebas debieron ser realizadas por una persona independiente a este caso.
Gavilán apuntó que la autopsia clínica se hace para determinar qué enfermedad padecía el fallecido o bien por algún tipo de interés científico o social. Aseveró que en esta muerte no se puede aplicar ninguno de estos supuestos recogidos en la ley. Resaltó que era una mujer sana, que no padecía enfermedades y que había acudido al hospital para dar a luz a su segundo hijo.
En cambio, reiteró que “sí hay motivos” para que el hospital hubiera avisado al juzgado y ahora no fuera necesario que el forense solicitara muestras de la autopsia clínica al Comarcal. Añadió que “se ha roto la cadena judicial y puede haber contaminación de las pruebas”.
Por ello, el abogado solicitó a la juez que, cuando se reciban esas muestras del hospital, se verifique con análisis de ADN que corresponden a Touria.
La historia de la autopsia
En este sentido, el marido de la fallecida contó que el lunes por la mañana firmó todos los documentos que le indicaron en la Dirección del hospital para que le practicaran la autopsia a su mujer. Afirmó que se comprometieron a tener listo el cuerpo para recogerlo a mediodía, porque deseaban enterrarla tras el rezo de las 14:00 horas.
Resaltó que sobre las 13:00 horas fue a recoger el cadáver y se lo llevó al cementerio musulmán, aunque no llegaron a tiempo para enterrarlo a la hora prevista y optaron dejar el sepelio para las 18:00 horas. Sin embargo, antes de proceder, recibió una llamada del hospital y le dijeron que debía llevar el cuerpo de nuevo al Comarcal porque no le habían practicado la autopsia.
Esta situación fue lo que llevó al marido de Touria, Hernán Cerquera, a presentar una denuncia contra el hospital porque cree que pudo haber mala praxis en la atención a su mujer.