En la Ciudad Autónoma española de Melilla, en el norte de África, se alza un imponente faro que ha guiado a los navegantes durante más de un siglo. Se trata del Faro de Melilla la Vieja, un faro con una rica historia y un sinfín de datos fascinantes que lo convierten en un lugar único e irresistible para los amantes del mar, la historia y la arquitectura.
La historia del Faro de Melilla la Vieja se remonta al siglo XVI, cuando se construyó la torre original como parte de las murallas de la Ciudadela de Melilla. Esta torre, conocida como Torre del Peñón, servía como atalaya para vigilar la costa y proteger la ciudad de posibles ataques enemigos.
No fue hasta 1916 que se comenzó la construcción del faro actual, finalizada dos años más tarde, en 1918. El proyecto estuvo a cargo del ingeniero Manuel Delgado Delgado, quien diseñó una torre de 15 metros de altura con un estilo neomudéjar que armonizara con la arquitectura de la Ciudadela.
A lo largo de su historia, el faro ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos, desde las guerras y batallas que marcaron la región hasta el desarrollo y crecimiento de la ciudad de Melilla. En 1983, el faro fue sometido a una importante remodelación que automatizó el sistema de iluminación, adaptándolo a las nuevas tecnologías y necesidades de la navegación moderna.
Un faro de luz y guía
El Faro de Melilla la Vieja tiene una altura focal de 60 metros sobre el nivel del mar y su luz alcanza un alcance de 25 millas náuticas, guiando a los barcos que navegan por el Mediterráneo occidental y el Mar de Alborán. Su luz blanca, que se oculta y reaparece cada 10 segundos, se ha convertido en un símbolo de seguridad y esperanza para los navegantes que surcan estas aguas.
Más allá de su función práctica, el Faro de Melilla la Vieja es un lugar que enamora por su belleza y encanto. Su arquitectura neomudéjar, con sus arcos de herradura y sus azulejos de colores, lo convierte en una edificación singular que destaca en el paisaje urbano de Melilla.
Un museo del mar
En el interior del faro se encuentra un museo dedicado a la historia de la navegación y de los faros. El museo alberga una colección de instrumentos náuticos, mapas, fotografías y otros objetos que permiten a los visitantes conocer de cerca la fascinante historia de la navegación y la evolución de los faros a lo largo del tiempo.
El Faro de Melilla la Vieja es uno de los principales destinos turísticos de la ciudad. Las vistas panorámicas que ofrece desde su torre son sencillamente impresionantes, permitiendo al visitante contemplar el Mediterráneo en toda su extensión, la costa de Melilla y la Ciudadela de Melilla la Vieja.
Como todo lugar con una larga historia, el Faro de Melilla la Vieja está envuelto en leyendas e historias que alimentan su aura de misterio y fascinación. Una de las leyendas más populares habla del fantasma de un antiguo farero que murió en el mar y que se dice que vaga por la torre del faro.
Un símbolo de la ciudad:
Esta construcción es mucho más que un simple faro. Es un símbolo de la ciudad, un testigo del paso del tiempo y un lugar que guarda en su interior una rica historia y un sinfín de secretos por descubrir. Un lugar que invita a la reflexión, a la contemplación y a la admiración por la belleza del mar y la grandeza de la naturaleza.
Es un lugar mágico que invita a los visitantes a sumergirse en un viaje a través del tiempo, la historia y la arquitectura. Un lugar que enamora por su belleza, su encanto y su simbolismo, y que se erige como un vigía centinela del Mediterráneo, guiando a los navegantes hacia un destino seguro.
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