Los Planes de Empleo en nuestra ciudad son más que números. Son personas que llevan tiempo sin trabajo. En muchos casos tienen grandes cargas familiares. Y, tras varios años de crisis económica, gran parte de sus beneficiarios atraviesan por serias dificultades económicas, en especial los adjudicatarios de los puestos más bajos y peor remunerados. Es entre este colectivo donde más incidencia ha tenido el “error aritmético” del SEPE, como denomina el fallo en la baremación Esther Azancot, directora de este organismo en nuestra ciudad.
Cualquiera puede confundirse al manejar números. El mejor matemático no puede decir que nunca se equivocó. Su error es claramente “aritmético”, entendiendo como tal el ‘arte’ de manejar números y relacionarlos mediante diversas operaciones. Pero en el SEPE no hay matemáticos ni ninguno de sus empleados cobra por las virtudes que se le reconocían a Pitágoras, Euclides, Arquímides, Al-Battani o Descartes. En el ente que Azancot dirige en nuestra ciudad no se busca la solución a la paradoja del cuadrado perdido. Allí no se trabaja con números, sino con personas. Y ése es precisamente el ‘error’ cometido: Quien estaba encargado de supervisar la lista del Plan de Empleo (la propia Azancot, quizá) pensó que en esos papeles sólo había números. Sin embargo, tras esas cifras hay familias que, en muchas ocasiones, atraviesan por serias dificultades económicas y para las que retrasar nuevamente la firma de su contrato supone un verdadero problema. De hecho, ayer Esther Azancot volvió a incurrir en un nuevo ‘error aritmético’ al no apreciar la demora en su justa medida. Sin entender en toda dimensión el problema que supone esta nueva dilación para la mayoría de los beneficiarios, Azancot calculó que el plan podría arrancar definitivamente durante las dos primeras semanas de diciembre. Un mes más de espera para unos planes de empleo que se anunciaron para julio. ¿Es consciente el SEPE de lo que significa para estas familias cinco meses de retraso? Si se leen algunas declaraciones de su máxima responsable en nuestra ciudad parece que la respuesta es ‘no’. Dijo ayer Azancot: “El efecto que ha provocado todo esto no es nada agradable. Hemos realizado un arduo trabajo y tengo que agradecer a los técnicos del SEPE su labor. Habían dedicado horas extraordinarias a este asunto y ahora tendrán que seguir dedicando tiempo para arreglarlo”. Su sensibilidad hacia sus empleados por el “arduo trabajo” hecho es tan encomiable como censurable es su apatía hacia los desempleados perjudicados por el ‘error aritmético’.
El Faro se puso en contacto con Esther Azancot el martes para recoger su opinión sobre las dudas hechas públicas por el diputado de CpM Hassan Mohatar en relación a errores o ilegalidades en las listas de los planes de empleo. En su respuesta, a vuela pluma, como si estuviéramos hablando de una simple cuestión sin mayor trascendencia que la ‘aritmética’, Azancot se limitó a defender la limpieza del proceso. Dos días después, el jueves por la tarde, el SEPE enviaba un comunicado: “Un error aritmético obliga a rectificar la lista de seleccionados para la 1ª Fase de los Planes de Empleo”. Esther Azancot afirmó ayer que la jefa de sección de Estadística le había presentado sus disculpas. Sin embargo, el ‘error’ nunca puede ser de esa anónima funcionaria, sino de algún responsable de la categoría de la propia Azancot que no comprende aún que su trabajo no consiste en el manejo de simples números y que, por lo tanto, los errores del SEPE nunca pueden ser ‘aritméticos’. Al menos, siempre tienen más trascendencia que un simple ‘error aritmético’. Por ese motivo hay que poner la mayor atención para no cometerlos, supervisar la lista en busca de posibles fallos, atender las advertencias (aunque vengan de la oposición) y poner soluciones a la mayor brevedad. En definitiva, un trabajo en el que es imposible cometer un ‘error aritmético’.