El empleo sigue siendo la gran asignatura pendiente de Melilla, a juzgar por los datos que arrojan las estadísticas de noviembre, en las que se establece que apenas 34 personas salieron de las listas de parados, lo cual supone un 0.39%, un porcentaje ínfimo que refleja muy a las claras que la ciudad sigue siendo incapaz de crecer y generar puestos de trabajo.
Es ya una constante que solo haya datos positivos cuando se ponen en marcha los planes de empleo y en los próximos meses lo veremos. Los de la Ciudad Autónoma están en una fase bastante adelantada ya y se encuentran en el momento de la publicación de las listas provisionales de beneficiados. Quiere esto decir que en dos o tres semanas, se conocerán los adjudicatarios definitivos y puede que con el nuevo año llegue la firma de los contratos.
Que solo 34 personas hayan encontrado trabajo no es algo por lo que se puedan tirar cohetes, pero menos da una piedra y lo cierto es que los meses anteriores habían sido de cifras negativas. Quizás así en algo tan frío como los números la valoración no es muy positiva pero seguro que es la mejor noticia para todos y cada uno de los 34 parados que han conseguido el empleo porque hablamos de personas, de ciudadanos que alcanzan una meta vital de primer orden.
Y al mismo tiempo que se daba esa cifra de parados que supera los 8.700 demandantes de empleo, se conocía la reunión que mantenía al mediodía de ayer el consejero de Economía, Comercio, Turismo, Innovación Tecnológica y Fomento, Miguel Marín, con los representantes de Pymes Melilla. El encuentro sirvió para hablar de formación, algo básico para una población como la melillense, con un elevado porcentaje de jóvenes, que necesitan cualificarse urgentemente para poder entrar en el mercado laboral de la ciudad.
Pero no se trata tampoco de formarse en cualquier área. Lo suyo es que se haga en aquellos sectores que están llamado a convertirse en las líneas estratégicas para el desarrollo económico de Melilla. A saber, el turismo y las nuevas tecnologías. Así se lo transmitió Marín a sus interlocutores, que representan a las microempresas locales y a los autónomos.
Por cierto que ayer hubo otra noticia relacionadas con las empresas y es que la patronal de la CEME-CEOE ha salido en defensa de los negocios regentados por hebreos, que están siendo objeto de una campaña de boicot en las redes sociales desde hace semanas, en las que se hace un llamamiento a no consumir productos comprados en sus tiendas.
Melilla no puede permitirse semejante actitud por parte de sus ciudadanos. Nuestro equilibrio social debe estar por encima de cualquier conflicto que se viva a miles de kilómetros de aquí, hay que cuidarlo y alimentarlo día a día, y eso implica que en ningún caso se haga responsables de nada a los miembros de la comunidad hebrea melillense porque, además de injusto, atenta contra nuestra estabilidad como pueblo unido bajo una única bandera, que es la melillense.
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