Ayer se conocieron los datos del paro concernientes al pasado mes de marzo, unas cifras malas que colocan a Melilla a la cabeza en la destrucción de empleo. Nuestra ciudad ha sido, junto a La Rioja, la única región de España que ha roto la tendencia nacional en la creación de nuevos puestos de trabajo durante el mes pasado y la única, junto a Baleares, que presenta un balance negativo en la perspectiva anual.
En el conjunto del país se está apreciando una recuperación del mercado laboral, que comenzó con el Gobierno popular de Mariano Rajoy y se mantiene a grandes rasgos con el socialista de Pedro Sánchez, pero que no termina de cuajar en Melilla. Durante algunos meses parecía que la tendencia cambiaba de sentido y la creación de empleo se afianzaba en la ciudad, pero el balance del pasado mes de marzo es muy negativo. Se han destruido 400 puestos de trabajo y los desempleados ya superan los 9.000.
Algo falla en la economía de la ciudad y la falta de un mercado laboral consistente no ayuda a que se pueda revertir un modelo en franca decadencia, que se ha quedado obsoleto y no da para más. Que las políticas a nivel nacional estén dando algún resultado en otros territorios no puede servir de consuelo para nuestros dirigentes políticos, como tampoco se pueden achacar todos los males de la ciudad a las decisiones que se toman desde la península.
Ya que nos encontramos en periodo electoral, sería bueno que los partidos se centraran en explicar las medidas que específicamente piensan aplicar en Melilla en caso de llegar a gobernar y definir como piensan revertir una situación que en caso de no ser modificada augura un futuro poco halagüeño.