El Regimiento de Artillería realiza un homenaje a los héroes del 2 de mayo de 1808. El comandante general de Melilla, Álvaro de la Peña, fue nombrado ‘Artillero honorario’.
“La acción que recordamos puso de manifiesto la importancia de una perfecta sintonía entre un pueblo y su Ejército, que surge del pueblo y forma parte de él. Los que componemos sus filas somos a la vez hijos, hermanos, esposos, padres y amigos. Aquella mañana de mayo los militares supieron ser sensibles a los sentimientos de los ciudadanos, combatiendo y muriendo con y por el pueblo”. Así describió ayer el capitán Sebastián Arias López los sucesos del 2 de mayo de 1808. El Regimiento de Artillería volvió ayer a conmemorar esta fecha realizando un homenaje por los héroes que murieron defendiendo la Patria.
El acto comenzó con la formación de las unidades. Participaron en este acto bajo el mando del teniente coronel Enrique Barrio la escuadra de batidores, cuatro baterías del GACA, una batería de salvas compuesta por cuatro piezas y la Unidad de Música y Banda de Guerra Mixta de la Comandancia General de Melilla.
Tras la incorporación del estandarte, se procedió a la imposición de condecoraciones. Se entregaron la placa y la cruz de la real y militar Orden de San Hermenegildo, la cruz al mérito militar con distintivo blanco, la cruz de plata a la constancia en el servicio y la cruz de bronce a la constancia en el servicio.
Un artillero honorario
El comandante general de Melilla, Álvaro de la Peña, fue nombrado este año ‘Artillero honorario’ del RAMIX 32. Esta distinción se ha entregado a otras personalidades de Melilla, como por ejemplo, al presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, que al ser un artillero de honor, estuvo presente en este acto. Esta iniciativa surgió en el año 2000. Con ella se pretende ensalzar y agradecer a aquellas personalidades que se han destacado durante el año apoyando a esta Unidad del Ejército.
De la Peña no sólo recibió un acta en el que se describe este nombramiento, sino que también tuvo la oportunidad de realizar una salva con uno de los cañones dispuestos en este acto militar.
Algo de historia
La lección del 2 de mayo es otra de las acciones tradicionales de esta parada militar en la que se homenajea a los héroes que murieron por defender los valores, los derechos y las libertades de los españoles en el siglo XIX.
Este discurso fue ofrecido por el capitán más antiguo del Regimiento de Artillería, Sebastián Arias López, que destacó no sólo los nombres de algunos de estos valientes que se enfrentaron a las fuerzas francesas en 1808, sino otros datos curiosos sobre estas personas.
Antes de finalizar su discurso, Arias López explicó que hay tres características y virtudes sobre las que los artilleros deben reflexionar en días como el 2 de mayo, esto es, valor, lealtad y amor a España.
Este capitán indicó que el valor es aquella fuerza que empuja a obrar de manera resuelta con exclusión absoluta de las debilidades y sentimientos egoístas en beneficio de un bien superior. Describió la lealtad como una gran virtud militar de “aquellos que obran con franqueza y legalidad siendo consecuentes con los compromisos adquiridos”.
Aseguró que el pueblo de Madrid en 1808 dio a entender a los enemigos del país que “cualquiera que se atreva a faltar a España, siempre se encontrará a un español vistiendo o no uniforme dispuesto a dar hasta el último aliento de vida por sostener nuestra bandera, defender las libertades, los derechos humanos y el orden constitucional”. Por ello, se trata de una muestra de amor por la Patria que fue compartida por el pueblo y el Ejército.
El acto conmemorativo del 2 de mayo continuó rindiendo honores a los que dieron su vida por España, para dar paso al himno del Regimiento de Artillería.
Por último, los mandos de la Comandancia General de Melilla se dirigieron hacia la Sala Histórica del RAMIX 32 para que los capitanes más antiguos de este regimiento realizaran el acto de inscripción en el escalafón de los capitanes Daoiz y Velarde, dos héroes que perdieron su vida el 2 de mayo de 1808 luchando contra los franceses y defendiendo al pueblo español. Estos dos militares fueron los que dirigieron y pelearon junto a los numerosos ciudadanos que se levantaron contra las tropas francesas invasoras.
La historia
El 2 de mayo los franceses pretenden trasladar al infante Francisco, el último representante de la familia real en España, pero el pueblo de Madrid se agolpa a las puertas del palacio para evitarlo. Esto causa que los soldados franceses descarguen sus armas contra la multitud causando un gran número de muertos. A raíz de estos sucesos los ciudadanos se levantan contra este ejército y se dirigen al Parque de Artillería de Monteleón al grito de ‘armas al pueblo’.
El ejército español tenía órdenes de no intervenir, pero el capitán Velarde se suma a la multitud y convence a Daoiz para que haga lo mismo. Ambos, junto a muchos más héroes, murieron ese día en las calles de Madrid por defender la independencia de España.
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