La Ciudad Autónoma y los propietarios del inmueble firmaron ayer un convenio para sufragar la obra de manera conjunta. La inversión ascenderá a 837.000 euros.
El edificio de Enrique Nieto, situado en el número 1 de la Avenida Juan Carlos I, uno de los más insignes del modernismo melillense, lucirá en el plazo de un año un aspecto completamente remozado. En concreto, presentará el mismo aspecto que en 1915 cuando acabó de construirse, ya que además del lavado de cara íntegro de su fachada, se recuperarán elementos perdidos con el paso de los años y se le dará un nuevo color.
Para hacer realidad este proyecto, el Gobierno autonómico firmó en la jornada de ayer un convenio con los propietarios del inmueble para colaborar con dinero público en esta obra, gracias al programa de ayudas de renovación de viviendas de la Ciudad Autónoma.
Tras estampar su rúbrica en el acuerdo, el vicepresidente y consejero de Fomento, Miguel Marín, detalló a los medios de comunicación que el importe total de este proyecto asciende a unos 837.000, euros de los cuales 274.900 serán aportados por las arcas municipales. Asimismo, resaltó que la intención es llevar a cabo un remozado íntegro, “para llevar el edificio a comienzos del siglo XX”.
El número dos del Ejecutivo melillense señaló que con la obra su cumplirá un doble objetivo. En primer lugar, recuperar uno de los inmueble más representativos y emblemáticos del modernismo y en segundo, la creación de nuevos puestos de trabajo en un sector tan afectado por la crisis económica como el de la Construcción.
En la misma línea, aseguró que la recuperación de estos edificios es una prioridad para el Gobierno que preside Juan José Imbroda y recordó que la partida de este año para la restauración de fachadas asciende a unos 2,02 millones de euros. Gracias a este programa, se ha actuado en un treintena de inmuebles de la ciudad, afectando a 96 viviendas y 42 locales.
No obstante, el proyecto para el edificio de Enrique Nieto es más ambicioso. Aparte de dar un profundo lavado de cara a la fachada, se trabajará en doce viviendas y cinco locales del edificio (cuatro comercios y un almacén). Además, se recuperarán dos templetes instalados en la parte superior del edificio, un arco en la portada principal y las molduras de la balaustrada.
“La actuación se llevará a cabo gracias a la buena voluntad de los propietarios, ya que el plan de la Ciudad Autónoma sólo afecta a la fachada, no a la recuperación e instalación de elementos antiguos”, añadió el consejero de Fomento. “Han tenido a bien aceptar la petición del Gobierno de Melilla y por ello les mostramos nuestro agradecimiento”.
Marín insistió en el “gran interés” del Ejecutivo autonómico por proteger el patrimonio local y recalcó que la mayor parte de los edificios modernistas son de propiedad pública. En concreto, de 25 inmuebles, todos pertenecen a la Ciudad Autónoma, salvo “tres o cuatro”. El Avenida I es uno de ellos. Las obras, que comenzarán en breve, se desarrollarán por espacio de un año, según especificó el consejero de Fomento. Si todo marcha bien, antes de que concluya el 2013, uno de los edificios más significativos de Melilla lucirá un aspecto completamente remozado.
Con la obra se recuperarán elementos perdidos.
El lavado de cara que pretenden darle al edificio de Enrique Nieto va más allá de un mero remozado en su fachada. Según explicó uno de los arquitectos que se ha encargado del proyecto, Jesús Montero, se ha llevado a cabo un estudio con el Instituto de Cultura Mediterránea para determinar qué elementos originales faltaban en el edificio, con el objetivo de volver a instalarlos y conseguir que ofrezca una imagen lo más cercana posible a la de 1915, cuando terminó de construirse.
Entre las piezas perdidas con el paso del tiempo, destacan dos templetes situados en la parte superior del inmueble. Se respetará al máximo su aspecto y su apariencia, pintando de color verde su techo, tal y como lucían a principios del siglo XX.
Asimismo, se instalará en la fachada principal un arco que se perdió en la década de los años 40, según se cree a causa de un seísmo. Además, se recuperarán las balaustradas para los balcones.
El color tendrá una gran importancia en esta obra. Se ha estudiado al detalle qué aspecto presentaba el edificio cuando acabó su construcción. Hay que recalcar que esta tarea ha tenido una dificultad añadida, pues se ha realizado a partir de fotografías originales de la época, todas ellas en perfecto blanco y negro.
Según los exámenes realizados, el color de la fachada era más claro que el actual, parejo al salmón.
Con la nueva actuación, se le dará un aspecto “menos pesado, más ligero”, con un tono similar al ocre. Todo ello completado con retazos de blanco y coronando los templetes con un color verde, el que presentaban en su día.
Así pues, y si se cumplen los plazos establecidos, uno de los edificios más insignes del modernismo local presentará mejor aspecto que nunca antes de que concluya el 2013. Todo ello, gracias al acuerdo rubricado ayer entre propietarios y Gobierno autonómico para colaborar en el proyecto.
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