Los telediarios y los periódicos se encargan a diario de mostrarnos el drama que viven muchos ciudadanos.
Un simple click o un pasar de página basta para transportarnos rápidamente a otro mundo. En la exposición de fotografías correspondientes a la XVIII edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, esto no es imposible. Uno queda congelado, mientras imágenes desgarradoras invitan a reflexiona sobre el horror que viven muchas personas. En este sentido se puede ver un exclusivo campo de golf, la valla de seis metros de altura que separa Marruecos de Melilla y una decena de inmigrantes subsaharianos sentados en delicado equilibrio sobre la reja metálica mientras, ajenos a todo, varias personas practican el swing. Esta imagen, cargada de significado, fue la ganadora y ocupa un lugar especial en la muestra que acoge el aulario de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Granada (Campus de Melilla). Su título es ‘Paisajes de desolación’ y lleva la firma de José Palazón, presidente de la ONG Prodein y fotógrafo aficionado. Entre las imágenes seleccionadas se encuentran también las fotografías de los tres fotógrafos que resultaron finalistas. Se trata del argentino Andrés Kudacki, seleccionado por una serie sobre desahucios; David Rangel con un trabajo en el que plasma la visita guiada de un grupo de turistas japoneses a un vertedero donde trabajan niños en Camboya y Cuzko Williams, autor de imágenes de personas sin hogar que duermen en la calle en Madrid. Panel informativo Las serie de imágenes de cada autor viene acompañada de un panel informativo. De este modo, bajo la imagen de Palazón se puede leer que la fotografía fue tomado el 22 de octubre sobre las 11:15 horas de la mañana. “Con un desempleo superior al 26%, recortes generalizados miles de personas en España son incapaces de hacer frente a la crisis”, es la nota aclaratoria de Kudacki. Las imágenes de Rengel incluyen una advertencia. “El 20 de noviembre de 1959 se aprobó de manera unánime la Declaración de Derechos de la Infancia de la ONU. Más de 50 años después, menores en todo el mundo siguen explotados. La información de Williams indica que las cifras hablan de 25.000 personas sin hogar en España.