Según Barkani, la última noche de 2015 fue “relativamente tranquila” en el perímetro fronterizo.
El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, manifestó ayer que el dispositivo a “ambos lados de la valla” evitó saltos en una Nochevieja que fue “relativamente tranquila”. Sin embargo, reveló que fueron avistados grupos de inmigrantes que intentaron acercarse al perímetro fronterizo con la intención de rebasar la barrera que separa el suelo español del territorio marroquí.
El representante del Gobierno central en la Ciudad Autónoma subrayó que en fechas festivas como la del fin de año es frecuente que grupos de subsaharianos prueben suerte e intenten saltar la valla, dado que consideran que la vigilancia fronteriza es más relajada en jornadas como ésas.
Según El Barkani, durante la noche del 31 de diciembre al 1 de enero fueron vistos “algunos grupos de inmigrantes” en zonas cercanas a la valla, pero tanto los agentes de la Guardia Civil apostados en la frontera como las fuerzas auxiliares marroquíes actuaron a tiempo e impidieron “que se consumara el salto”.
El delegado del Gobierno indicó que las tentativas de los subsaharianos para acceder a territorio español “siguen siendo la tónica” en la Nochevieja, pero en la última, el trabajo de las fuerzas de seguridad a ambos lados de la frontera impidió cualquier “aproximación” a la valla.
Calma en la ciudad
El delegado del Gobierno añadió con respecto al desarrollo de la Nochevieja en la ciudad que el dispositivo puesto en marcha por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado funcionó “bastante bien”. Citó algunos altercados en el Puerto Noray debidos al “consumo excesivo de alcohol” pero subrayó que en términos generales fue una noche “relativamente tranquila”.
Barkani señaló entre los retos que afronta Melilla este nuevo año las “mejoras de los puestos fronterizos” y recordó que “dentro de nada” se dará comienzo a las obras en Farhana. “También tenemos que mejorar Barrio Chino”, añadió el delegado.
Sin noticias del desaparecido en el mar
Abdelmalik El Barkani recordó el suceso ocurrido la noche del pasado jueves en aguas del puerto, donde agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil rescataron a un menor que se había arrojado al mar con la intención de alcanzar a nado uno de los buques que se disponían a partir rumbo hacia la península.
El delegado del Gobierno señaló que el rescatado es de nacionalidad marroquí y que se trata de “un niño del centro de La Purísima”, aunque evitó hacer más declaraciones al respecto y anunció que mañana lunes se efectuará un “análisis más profundo de lo acontecido”.
El menor rescatado afirmó que otro compañero también marchaba junto a él a nado, aunque de momento no se ha dado con su paradero.
Desde el rescate, hay un operativo especial de búsqueda por parte de la Guardia Civil para intentar hallar al otro menor. Los agentes barajan varias hipótesis sobre el asunto. Entre ellas, que el chico pudiera haber logrado introducirse en el buque. Sin embargo, también se estima posible que llegara a tierra por otro punto de la zona.
Barkani destacó que “desgraciadamente” no es la primera vez que menores extranjeros asumen riesgos tan altos como aventurarse a nado en el mar.
“Los centros de refugiados tienen que estar cerca de zonas de conflicto”
El delegado del Gobierno en Melilla consideró ayer que los centros de refugiados han de estar cerca de los lugares en conflicto que han dado lugar a la salida de esas personas de sus países. De esta forma, respondía a una propuesta de Acnur España, que planteó la posibilidad de convertir el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla en un lugar de acogida a refugiados.
“Melilla está a miles de kilómetros de la zona de conflicto”, dijo Abdelmalik El Barkani en referencia a la guerra que asola Siria desde comienzos de esta década. El delegado estimó que “los centros de refugiados deberían de funcionar cerca de donde están los problemas”.
Pese a considerar que el CETI tiene que continuar siendo un lugar de permanencia limitada de inmigrantes, Barkani subrayó que el centro “se ha adaptado a las nuevas circunstancias” de las personas allí acogidas, una idea en la que suele incidir cuando hace declaraciones sobre el asunto.
“Antes, el perfil era el de un subsahariano adulto y soltero”, resaltó el delegado del Gobierno, para añadir a continuación que ahora el CETI está habitado principalmente por “familias con muchos niños menores”.
Recordó asimismo que las últimas obras realizadas en el CETI permitirán atender a entre 1.100 y 1.200 personas “en mejores condiciones”. Aparte, mostró esperanza en que “se solvente el conflicto de Siria” y que “muchos” refugiados “puedan volver a sus casas”.
Barkani insistió en que es necesaria “una política común de inmigración de toda la Unión Europea” y aseveró que es necesario en este sentido que todos los Estados miembros de la UE hablen “el mismo lenguaje” y adopten “las mismas decisiones”.
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