Los melillenses suelen apostar por las mimas terminaciones en los sorteos de Lotería Nacional.
Ayer se repartieron en el sorteo de la Lotería Nacional 42 millones de euros y el primer premio tenía un acumulado de 3.000.000. ¿Se imaginan que podrían llegar a hacer con este dinero? El público melillense lo tenía muy claro, si obtenían ese dinero en el sorteo iban a destinar el premio a la familia, es decir, a pagar las hipotecas de los hijos, ayudar en la compra de un coche a un nieto o aliviar la deuda de un familiar al que no le va demasiado bien el negocio debido a la crisis.
Entre el público estaban Isabel y Nico dos mujeres que miraban ilusionadas y con gran expectación a los niños de San Ildefonso. La primera lleva años jugando a la Lotería Nacional y siempre con un número que finalice en 72. Isabel lo compra casi todas las semanas y por supuesto, en Navidad. Ella se enteró de que se iba a celebrar el sorteo en Melilla cuando fue a comprar su décimo en la administración de lotería de siempre. Habló entonces con sus amigas y todas decidieron verlo en directo sentadas en las butacas del Kursaal. En alguna ocasión le ha tocado la terminación de un número ganador, pero nunca los premios gordos.
Nico siempre lleva el 13 para el sábado, pero en esta ocasión se había traído un número especial, el 18. Así, aseguró que al celebrarse el sorteo en Melilla estaba convencida de que iba a tocar en la ciudad.
En cuanto a qué hacer con el dinero si su número obtenía el primer premio, Nico destacó que iba a ayudar a uno de sus nietos que lleva dos años en paro y tiene 34 años. Esta melillense indicó que con ese dinero podría montar un negocio para que este nieto pudiera tener una oportunidad de trabajo.
José Carlos estaba junto a su hija Carmen sentado en el patio de butacas esperando a que llegara su mujer. Ellos compran todas las semanas dos décimos, uno para el sorteo del jueves y otro para el del sábado y siempre acabado en 78 u 88. Pero como esta vez se celebraba en Melilla, habían comprado uno más, que terminaba en 25.
La liquidación de la hipoteca sería la primera de las actuaciones que iban a realizar si les tocaba el primer premio. Y luego, con el resto del dinero, hacer un viaje con la niña. Les gustaría visitar Disneyland París en familia.
Pero no hubo suerte ayer. Los dos primeros premios viajaron a la península y ningún melillense que estuvo en el Kursaal gritó de alegría al verse dueño de un décimo premiado.
“Bueno, pues otra vez será”, declaró un señor completamente abatido porque no tenía ni las terminaciones ganadoras. No obstante, su compañero de fila de teatro le animó invitándole a una cerveza, una de esas cosas que aún se pueden permitir a pesar de la crisis, tal y como bromeó este simpático melillense.