Enrique Hita, Defensor del Universitario visitó ayer el Campus de Melilla de la UGR. Afirmó que cada vez son más los profesores que le piden mediación.
¿Quién defiende a los universitarios? Los estudiantes se enfrentan en muchas ocasiones a 'injusticias' que no saben cómo resolver. La autoridad de los docentes queda por encima de la de ellos y se encuentran indefensos y con pocas vías de escape. Sin embargo, aunque muchos no lo sepan, existe una figura cuya labor es precisamente mediar para solucionar esos conflictos. El profesor Enrique Hita desarrolla esa labor en la Universidad de Granada desde hace cinco años y ayer visitó el Campus de Melilla para dar una charla a los estudiantes.
Hita explicó que los principales problemas de los alumnos son considerar que las calificaciones que les han dado en sus exámenes no son justas o enfrentamientos con otros compañeros. Para solucionar estas situaciones, el Defensor del Universitario trata de acercar las posturas de ambas partes. “Mi función en ningún caso es sancionar. Mi objetivo es encontrar una resolución antes de que sea necesario recurrir a otras vías”, precisó.
El número de peticiones de ayuda se ha multiplicado por diez en estos años. “Cuando llegué me llegaban al curso unos cien casos, este año ya llevamos más de un millar”, indicó. No obstante, Hita no cree que esto sea consecuencia de que haya más conflictos en el aula, sino de que los universitarios conocen mejor cuál es la función del defensor y cómo puede ayudarles.
El defensor trata de pasar por el Campus melillense varias veces al año y aprovecha sus estancias para ayudar a algunos alumnos a solucionar sus problemas. Ayer mismo pudo solucionar un caso, aunque no quiso precisar cuál fue el origen del conflicto. La confidencialidad, apuntó Hita, es una de las claves para que los alumnos confíen en él.
Cualquiera que haya pasado por la universidad se ha encontrado con profesores poco organizados, que preguntan en el examen temas que no están en el temario o califican a la baja. Las notas que aparecen equivocadas en el expediente o el compañero de trabajo con el que resulta imposible llegar a un acuerdo, son otros de los clásicos básicos de la vida de cualquier estudiante. En muchos casos la resignación y la adaptación, volviendo a presentarnos al examen o elaborando solos un trabajo en el que también figura el nombre de otro compañero han sido las únicas soluciones posibles. Sin embargo, existe otra vía cuya implicación puede resultar clave para que el paso por la facultad sea lo más agradable posible. Detrás de la puerta del Defensor Universitario está la solución a muchos de los problemas que se producen dentro de las aulas.
Profesores buscan ayuda
“Los universitarios conocen cada vez más sus derechos, pero no tanto sus deberes”. Así lo afirmó ayer el Defensor del Universitario de la UGR, Enrique Hita, que aseguró que en los últimos años ha aumentado el número de profesores que llaman a su puerta para pedir ayuda en la resolución de un conflicto con un alumno.
Hita apunta que no es su función ayudar al personal docente, pero que a veces también se implica en estos casos. Los estudiantes, señala, cada vez son más reivindicativos dentro del aula, eso no es malo, indica, pero hay que medir el momento y las formas para evitar que se produzcan problemas. En cualquier caso, indica que en la mayoría de las ocasiones la mediación es suficiente para lograr que ‘la sangre no llegue al río’.